lunes, 29 de febrero de 2016

Crónica 624

No hay plazo que no se cumpla…

No se si el acuerdo final se firmará el 23 de marzo, o después de los tropiezos que las mismas Farc propiciaron con el conejito, días más tarde. En verdad, la fecha poco importa, días más o días menos para la entrega del país es casi irrelevante, porque la firma del papelito no tiene retorno.

El resultado de las encuestas muestran que la creciente tendencia a votar por el NO al plebiscito ha puesto a Juampa a saltar matones y, últimamente, lo vemos urgido de hacer pedagogía por la paz en foros que noticieros, periódicos y revistas replican profusamente, gracias al saludable efecto de la mermelada. 

La indiferencia es el efecto negativo perverso. Lo negociado, lo que está en juego y lo que se entrega es exorbitante. El agravante es que los documentos de los acuerdos conforman un libro latoso, ambiguo, cargado de una dialéctica que confunde y la gran mayoría no lee, no leerá y acepta anestesiado lo que ve y oye por los medios debidamente amañado por Juampa, el rey del engaño. 

 Dejemos de lado cosas graves para mencionar algunas de fondo: la impunidad se agrava si para cumplir la justicia transicional, que de justicia nanay cucas, se ejecuta en una zona de distensión cuyos perversos efectos vimos en el Caguán. Aceptando la referencia de mi amigo Alfonso Monsalve interpretando la declaración fariana “cuando las milicias decidan ir a la cabecera municipal deberán hacerlo sin armas” es porque en la zona de concentración estarán armados. Pero como si fuera poco, uno de los requisitos de las Farc aceptado por los negociadores y el gobierno es: “Bajo ninguna circunstancia se admitirá el concepto ni el lenguaje de “entrega de armas””.

El otro tema álgido es la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz) y como de abogado pocón pocón, me refiero a conceptos de Jaime Castro, exministro, exconstituyente y constitucionalista reconocido:

De su análisis en El Tiempo tomo solo unas frases que lo dejan a uno turulato. (…)La JEP no es una jurisdicción más, sino “la jurisdicción” que marcará la vida institucional del país e influirá en nuestra administración de justicia”. (…)La JEP investigará y sancionará “a quienes participaron directa o indirectamente en el conflicto… (…)que constituyan violaciones de DDHH o del DIH que hayan ocurrido antes de la firma del acuerdo sin importar que hubieran tenido lugar 5, 10, 20 o más años. De manera que si usted por de malas pagó una vacuna a los paramilitares, que son los únicos malos de la película, téngase fino, va para la cárcel sin contemplaciones.

“La JEP podrá anular o extinguir las responsabilidad de sanciones y revisarlas así provengan de las Cortes, Fiscalía, Procuraduría…” etc. Es decir que Teodora será reencauchada, podrá participar en política y ser elegida en cualquier cargo. 
Pero lo más grave es lo siguiente: “la determinaciones de “la jurisdicción” no podrán ser revisadas ni reformadas nunca por nadie…” Esto incluye, Cortes, Congreso o cualquier otra autoridad. Más grave aún, la JEP puede ejercer funciones legislativas y asume funciones del gobierno. 

El Rincón de Dios

"Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes." 

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