lunes, 30 de mayo de 2016

Crónica 636

La salvación está en el pueblo

Para iniciar un gran proyecto se necesita valentía, para terminarlo, perseverancia.
Se emprenderá en defensa de la democracia colombiana, de nuestro Estado de Derecho, en rechazo al modelo comunista al que nos conduce la desidia de no verlo en el espejo venezolano.
Los planteamientos de Paloma Valencia en la corte, donde se discute el plebiscito, resume el pensamiento del 65% de los compatriotas que queremos una paz justa, no a cualquier precio. Tomo algunas de sus inquietudes:
“…Queremos votar paz, pero sin representación política para los autores de crímenes de lesa humanidad; queremos votar paz, pero con la entrega y destrucción de todas las armas; queremos votar paz, pero con la entrega del dinero del narcotráfico y el secuestro para la reparación de las víctimas; queremos votar paz, pero sin que el narcotráfico y el secuestro se conviertan en delitos políticos; queremos votar paz, pero sin que se comparen las fuerzas militares de Colombia que han sido los ejércitos de la democracia con los grupos terroristas que ha tratado de derrocarla; queremos votar paz, pero sin reemplazar las instituciones de la justicia por un nuevo tribunal conformado a voluntad del terrorismo y el gobierno más corrupto e impopular de los últimos años; queremos votar paz, pero sin impunidad…”
No es esa la paz que nos ofrece la publicidad amañada del gobierno; no es esa la paz para la que se ha diseñado una constituyente integrada por ‘Timochenko’, ‘Iván Márquez’, ‘Humberto de la Calle’ y ‘Sergio Jaramillo’, redactada por Enrique Santiago y Álvaro Leyva con Santos como amanuense y el congreso como notario; no es esa la paz que se lee en los acuerdos hasta ahora publicados; no es esa la paz que se vislumbra en lo que ahora se oculta en La Habana cuyos convenios desconocidos quedarán blindados por un esguince tramposo a la legislación internacional; no es esa la paz que se obtendrá a través de una ley habilitante a un dictador tahúr, traicionero y sin escrúpulos. 
Por eso apoyamos la resistencia civil pacífica, no partidista; en ella cabemos todos los que aún estando a favor de la paz no concebimos las exageradas concesiones otorgadas en La Habana, no por pretender obstaculizar los acuerdos como se nos endilga, para evitar que los malos ejemplos plasmados en los borradores conocidos y los ocultos en pactos secretos que se pretenden blindar a la tapada, alienten otros grupos terroristas al bandidaje que les da réditos sin limites.
Queremos una paz reflejada en acuerdos que previamente se conozcan; que puedan ser legitimados por el pueblo mediante un referendo simplificado, no por un plebiscito que le tuerce el pescuezo a la Constitución que el presidente está obligado a respetar sin traicionar a la patria; que los umbrales no sean ridículos inventos para burlar la voluntad ciudadana; instrumentos que sean efectivos, no una tramposa consulta después de blindados los acuerdos, porque después de ojo sacado no hay Santa Lucía que valga.
Aceptamos una justicia transicional benévola aplicada por nuestros jueces, tragarnos algunos sapos, pero no entregar la patria en bandeja de plata a los bandidos.
La resistencia civil es la salida, las firmas que empezarán a recolectarse a partir del 4 de junio, deberán ser copiosas, es posible que no tengan efectos jurídicos; necesitamos hechos políticos. Firmaremos también pidiendo la renuncia de Santos por considerar que es un traidor a la patria. Hay otras estrategias pacíficas en remojo que conoceremos cuando lleguemos al puente, para cruzarlo.

El rincón de Dios


“Cuando la política pretende hacer la obra de Dios, pasa a ser, no divina, sino demoníaca". Benedicto XVI

domingo, 22 de mayo de 2016

Crónica 635

Martingalas de La Habana

La capitulación total no es nueva, hacía parte de las martingalas que Enrique Santos; su aplicado alumno Juampa; el ideólogo de mostrar en La Habana Sergio Jaramillo, que en su hoja de vida tuvo la prudencia de eliminar su paso por la universidad Patricio Lumumba de Moscú donde también estuvieron aplicados alumnos como ‘Timochenko” y ‘Joaquín Gómez’; la tenían armada desde el 29 de mayo de 2012 cuando el rábula comunista español Enrique Santiago Romero le presentó a las Farc, con el aval de Álvaro Leyva Durán, su novedoso concepto sobre los acuerdos especiales.
El documento de Santiago dio lugar a la carta que las Farc enviaron oficialmente al Comité de la Cruz Roja Internacional el 9 de noviembre de 2012 de la cual tomo algunos apartes:
“Aún con sus limitaciones, el artículo 3, en el párrafo penúltimo señala que “las partes contendientes se esforzarán, por otra parte, para poner en vigor por vía de acuerdos especiales todas o parte de las demás disposiciones del presente convenio”.”
Afirman que al respecto dice el artículo 6 del Tratado 3 que: “… las altas partes podrán concertar otros acuerdos especiales sobre cualquier cuestión que les parezca oportuno reglamentar particularmente.” Y mencionan que el Protocolo II de 1997 conoce de la protección a las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional. Vinculan a su tesis igualmente el artículo 93 de la Constitución Nacional que define que los acuerdos de Ginebra hacen parte del “bloque de constitucionalidad”.
Al finalizar la comunicación hablan de: “los acuerdos especiales, por su nivel normativo hacen parte del del Bloque de Constitucionalidad, de tal manera que unilateralmente, como está permitido para este tipo de situaciones, las Farc-Ep solicitan al CIRC dar el trámite formal que requiere el reconocimiento de este pacto entre gobierno e insurgencia como Acuerdo Especial, según el sentido que le confiere este tipo de acuerdos al Derecho Internacional Humanitario y que en consecuencia deberá pasar automáticamente a hacer parte del Bloque de Constitucionalidad…”
 Desconozco la respuesta del CIRC, si la hubo, pero la actitud de acompañamiento de este organismo a los guerrilleros en misiones especiales como las de El Conejo, los oportunos traslados de otros que estaban acorralados por el ejército como “El Paisa”, no dejan duda que al menos cohonesta esta solicitud.
De manera que el asunto estaba en la mesa desde hace cuatro años, quizá dormido mientras armaban la tramoya completa de incluirla al vergonzoso acto legislativo cuyo trámite culminará en pocos días y con el cual el Congreso renuncia a sus derechos y obligaciones, acepta dentro de una interpretación "novedosa" pasarse por la faja la Constitución, entrega el país a un grupo de bandidos y acepta como parte de la Constitución un acuerdo con alcances desconocidos al que se podrán adicionar todos los “pendientes” sin problemas.
La demanda del Fiscal Montealegre que prendió las alarmas y abrió al país los ojos de tremenda martingala, no es más que la culminación de lo que en La Habana se cocinaba dese hace cuatro años.
El “rechazo” de las Farc al Plebiscito es darle una mano a su colega Juampa para que la Corte Constitucional, que hace parte de la manguala, lo tumbe, y dar vía libre al esperpento. Y el cinismo de las Farc de aceptar una constituyente no es más que otro engaño a la galería. Si ya Juampa los eligió constituyentes ¿creerán que el país es pendejo?  
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La radicación en Suiza y la ONU de los acuerdos anunciada por Juampa no es gratis, hace parte del sainete.  

El rincón de Dios


“El azar no existe; Dios no juega a los dados.” Albert Einstein

lunes, 16 de mayo de 2016

Crónica 634

El sartal de engaños

“Ningún gobernante sobre la tierra podrá ufanarse de ser justo y menos gritar a los cuatro vientos que conduce a su pueblo hacia la excelencia en la construcción de la estructura social correcta, si recorre los oscuros pasadizos de la ilicitud, o se rodea de quienes en el ayer, implantaron el mal”. Darío Echandía
No concuerdo totalmente con mi querido amigo José Alvear, no porque deje de tener sobrada razón en su magistral artículo que recomiendo leer en este enlace: http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/11664-consumatum-est sino porque toda Colombia empezó a darse cuenta del sartal de engaños que rodean los famosos acuerdos de La Habana y las violaciones al régimen jurídico del Estado de Derecho colombiano, basadas en las triquiñuelas de Eduardo Montealegre, Álvaro Leyva Durán, el abogado comunista español Enrique Santiago, y no se que otros rábulas bien pagos por las pobres viejecitas de las farc, que obviamente serán avaladas por una corte constitucional enmermelada por Juampa y un congreso igualmente untado hasta los tuétanos por el dulce de los cupos indicativos.
En lo que no concuerdo es simple: si bien es verdad que la entrega del país a las farc está consumada, no lo es que sea irreversible. Los conceptos jurídicos de abogados no propiamente amigos de Uribe, como Jaime Araujo Rentería con quien Uribe tuvo un fuerte enfrentamiento, Alfonso Gómez Méndez y otros constitucionalistas reconocidos, no solamente aseguran que los acuerdos no son vinculantes como bloque constitucional, sino que tampoco blindan el proceso porque no corresponden jurídicamente a lo previsto en los acuerdos de Ginebra; además, afirman que su trámite es espurio y otorga un cheque en blanco a un acuerdo desconocido y concluyen que es un engendro tan mal hecho, que como diría el doctor Echandía parece un orangután con saco leva.
En el fondo el problema es otro, no me cabe la menor duda que se vienen momentos difíciles y tratarán de imponernos el socialismo del siglo xxi. Acaba de decirlo a boca llena en La Habana ‘Iván Márquez’, lo repiten a los cuatro vientos ‘Santrich’, ‘Granda’ y ‘Timochenko’ y, por supuesto, declaraciones en la misma dirección hizo recientemente Teodora que, con la integración de la JEP será reencauchada, acompañando en ello a Ingrid Betancur.
Recuerdo una frase del General Uribe: “A veces por creer que la gente es correcta como uno, le pasan cosas que lo dejan turulato”. Y de momento estamos turulatos. Pero tenemos de frente un bello país, una ciudadanía activa, que si bien está ahora anestesiada por la propaganda torcida, no tardará en despertar como lo hicieron las de Venezuela, Argentina, Bolivia, Brasil y Ecuador. Estamos nosotros, que a pesar de todo tenemos quien escuche nuestras barrabasadas que irán calando como aquella propaganda en nuestra temprana juventud: “Tarde o temprano su radio será un Philips”.
Soy optimista, me declaro de frente en RESISTENCIA CIVIL PACÍFICA, esta si en mayúsculas, no en minúsculas como nombré la corte, el congreso y a las farc, que no las merecen. Invoco a mi abuelo el general y pensador Rafael Uribe Uribe, luchador y patriota, para que me ilumine; al Espíritu Santo para que me guie en la lucha pacífica que emprenderemos en defensa de nuestra patria y nuestras instituciones para bien de nuestros hijos, nietos y bisnietos. Llamo a mis amigos que me acompañan en sus columnas a no desfallecer. Colombia no se merece ni aceptará la dirección de los Castro y los bandidos. Y pido a Dios perdón para Santos por entregar a ‘Timochenko’ la patria que amamos y admiramos.
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Los niños llegaron ‘voluntariamente’ a las farc, dijo ‘Iván Márquez’. ¿El Instituto de Bienestar Familiar de la selva?

El rincón de Dios


 “Podemos engañar a los demás pero no a nuestra conciencia”. Anónimo

Crónica 940

Las matemáticas no son una opinión Siempre lo sostengo, no entiendo la cantaleta de Petro de haber ganado las elecciones con once millones y...