¿La ética es para
filósofos?
No a muchos
ha impresionado esta frase que J. J. Rendón, asesor de la campaña de Luis
Pérez, soltó en una entrevista en
la revista Semana. Me impacta que Pérez, a quien no puede echársele la
culpa de la frase, se haga el de la oreja mocha, como quien dice, poco o nada
le importa la ética de su asesor lo que por ende afecta la suya, que en mi percepción,
al quedarse callado, debe andar por los mismos lados. Vale la pena razonar si
una persona de esos principios merece el voto para la alcaldía de Medellín. O
dirá que como no es filósofo a él no lo toca. Por lo menos yo, no voto por el
señor Pérez.
El cambio en el Ministerio de
Defensa
Se venía
venir desde hace rato. El deterioro de la seguridad era evidente y, aunque toda
la culpa no es del ex ministro, si lo es que haya tratado de tapar el sol con
las manos disfrazando el tema con lo que olímpicamente bautizó como “percepción
de inseguridad”.
Infortunadamente,
el gobierno no tuvo a tiempo en cuenta el cambio de estrategia de las Farc, que
originaron parte del problema, y las llamadas Bacrim se crecieron por falta de
acción contundente. El Presidente por darle gusto a todo el mundo se echó con
las petacas. Los resultados están a la vista, no amerita repetirlos.
Vamos a tener
que ser tolerantes con el nuevo ministro. Es como cuando se aumentan unos
kilitos en vacaciones, es facilísimo, pero bajarlos es cosa del otro mundo. En
este caso hay además asuntos de gran calado que deben resolverse y a los que no
se les ha parado muchas bolas, aunque ya se va teniendo conciencia sobre lo que
denunció el ministro Rivera, y Pinzón resolvió incluir en la reforma a la
justicia: recuperar el fuero y la justicia militar para juzgar a los soldados y
oficiales en los actos de guerra. Durante mi paso por la Escuela Militar, me
acuerdo del terror que se le tenía a los Consejos de Guerra, por su severidad.
Es
fundamental evitar la desmoralización de nuestras Fuerzas Armadas oyendo otra
denuncia de Rivera, que hay mas jueces juzgando militares que guerrilleros de
las Farc. Lamentablemente, algunos de estos jueces se dejan influenciar por la
presión de los medios de comunicación y algunas ONG que se hacen llamar de
derechos humanos, claramente manejadas por mamertos y financiadas por los
grupos ilegales, cuyo interés es desacreditar y neutralizar las fuerzas del
orden. Que los excesos, violaciones a los derechos humanos y al derecho
internacional humanitario deben castigarse, no me cabe duda; pero que las
condenas anticipadas e injustas no deben prevalecer, también es un hecho.
Afortunadamente,
Santos también debió aceptar que disminuir el presupuesto de las Fuerzas
Armadas era un exabrupto y adicionó nuevos recursos, que además eran del
ejército, porque el impuesto al patrimonio se creó con ese fin y no puede cambiarse
su destino.
No se
hicieron esperar otros cambios que se pedían a gritos: el reemplazo de el
Almirante Edgar Celis, marino buena gente; pero su experiencia en el mar no le
ayudaba en las operaciones terrestres. El general Alejandro Navas, nuevo comandante
general parece tener todos los atributos, aunque para mi gusto, el hombre de
valía para estos momentos habría sido el General Matamoros, llamado a calificar
servicios a principios de año. Error garrafal.
Sin dejar de
aceptar que lo sensato es la negociación política del conflicto, es necesario
reconocer que para ello se necesitan verdaderos hechos de paz por parte de la
guerrilla, que ha dejado pasar de largo oportunidades que jamás volverá a
tener, y que, posiblemente, sea parte de su incongruencia y deseo de permanecer
en la lucha armada. No creo en la posibilidad de una amnistía que las Farc desperdició
en el Caguán y el Eln en Cuba. Son demasiadas las presiones internacionales y,
la adhesión a la Corte Penal Internacional que Pastrana y Uribe aplazaron para
facilitar los diálogos, y que no aprovecharon, no admite amnistías e indultos
para delitos atroces, que son casi todos.
Por lo tanto
hay que regresar a la Seguridad Democrática aunque a muchos disguste. Se debe
seguir acorralando a los terroristas en sus guaridas y, en vez de respirarle en
la nuca a ‘Cano’, capturarlo para que responda por sus crímenes o darlo de baja
como a su súbdito ‘Jojoy´. Para eso nuestro ejército necesita garantías, un
gobierno que lo defienda, una ciudadanía que lo respalde, y unos medios que, en
lugar de criticarlo, lo animen en la lucha por el bien de todos los
colombianos. Son los soldados que dan la vida por nosotros, no unos periodistas
refugiados detrás de sus escritorios, o en el exterior, que denigran de todo,
descalifican y prejuzgan. También es necesario introducir la sindéresis en las
cortes y la fiscalía, y dejar de lado los falsos profetas que por todos lados
nos invaden y nuestras autoridades alcahuetean o les temen.
Por último y
enésima vez, insisto en la necesidad de que la Farcpolítica no se ampare. Hay
que perseguirla, juzgarla y mandar a la cana los culpables de ese delito.
El rincón de Dios
Oremos por los que sufren por causa de la
injusticia y la violencia, para que entiendan que hay un Dios justo y
misericordioso, que al final dará a cada cual según lo que haya sembrado.
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