El 9/11 Colombiano
Por estos días los medios han venido haciendo seguimiento del mayor acto terrorista de la humanidad, el de los aviones secuestrados para derrumbar las Torres Gemelas, dañar el Pentágono y, el frustrado por los pasajeros valerosos, que impidieron afectar la Casa Blanca.
En Colombia no podíamos quedarnos atrás, no en materia del terrorismo sufrido por los Estados Unidos con cuya magnitud lo comparo, sino de lagartería, como llaman en la capital a los que en otros lugares de la patria llamamos lambones. Y estos fueron el director del partido Liberal Rafael Pardo y Simón Gaviria, hijo del ex presidente que casi acaba con el partido Liberal, llevándolo a fracasos electorales. Pardo y Gaviria propusieron la reelección de Juan Manuel Santos.
No puedo dejar de reconocer que Santos tiene logros a su haber: han mejorado las relaciones internacionales, aunque algunas personalmente no comparto como las de su nuevo mejor amigo, por la hipocresía del personaje y sus alcahueterías con la guerrilla en contubernio con su amiga ex senadora; avances en la expedición de leyes complejas y fundamentales, aunque alguna puede quedarle grande como la de reparación las víctimas, cuyo costo no se ha calculado; el desempeño de la economía, en parte heredada de magníficos ministros de hacienda anteriores; y otras buenas que, como dice María Isabel Rueda, todavía están en el comuníquese; pero andan lejos del cúmplase.
Hemos también tenido retrocesos como el de la seguridad y hay cosas que, como dice su primo el ex vicepresidente Santos, le impiden ejecutar su vida camaleónica cuando se pregunta si “…finalmente, gobierne para los colombianos y no para salir en la portada de Semana o de El Tiempo.”
En fin, como sea, no solamente es prematuro pensar en la reelección de alguien que para ello aun no tiene méritos. Para alcanzarla debe trabajar duro y demostrarnos que nuestra nación va por el buen camino. No importan los errores, todos los humanos los cometemos; pero el balance debe ser ampliamente positivo.
Concuerdo también con varios columnistas que aseguran que esto hace mas mal que bien al Presidente y al país. No resistiríamos otro período de incertidumbre como ocurrió con la desafortunada propuesta de la segunda reelección de Uribe. A decir verdad, no soy ni he sido partidario de la reelección, aunque estaría dispuesto a reconsiderar mi pensamiento si de un gobierno brillante se trata. Este tipo de propuestas deben ser oportunas y a su debido tiempo, ahora están como dice la propaganda de Davivienda, en el lugar equivocado.
El asesinato de los curas
Fue asesinado el sacerdote de Capurganá un pueblito que se ha vuelto famoso para el turismo, cuyo precursor fue mi concuñado Jorge Mario Uribe que, aprovechando una pista casi improvisada, estableció allí el primer servicio de transporte aéreo y prácticamente se instaló en sus hermosas playas, donde disfrutaba de los regalos de una naturaleza primitiva e indómita.
Este crimen no es un caso aislado, es recurrente en el país, y la mayoría de estos son cometidos por narcoterroristas conformados por grupos armados ilegales. No se conocen todavía los autores de este; pero no aterra la frecuencia con que están sucediendo a los miembros de la Iglesia. No voy a entrar en consideraciones, solo me hago estas preguntas: ¿Dónde están las protestas de las ONG de derechos humanos tan activas en otros casos? ¿Dónde está Human Rights Watch? ¿Qué está haciendo la Fiscalía para esclarecer estos crímenes? No se ve por lado alguno la celeridad que en otros casos, algunos de dudosa ortografía, despliegan y anuncian a los cuatro vientos por los micrófonos, la TV y la prensa.
Las Fotomultas
Este sistema establecido por el Tránsito de Medellín me gusta. Ante el déficit de agentes para ejercer un adecuado control es una medida que con el correr del tiempo, al sorprender infractores en flagrancia, va creando conciencia y respeto por parte de los conductores, algo que Medellín hace rato necesita. Poco a poco irá acabando con el caos que por la impunidad involuntaria se impone. Es curioso que estos mismos conductores, que acá todo lo violan, en el exterior respetan las reglas, saben que allí si les aplican la ley con toda su fuerza.
Claro está que se necesitan ajustes. Por ejemplo, la prohibición de cruzar semáforos en amarillo es irracional. Si se va a la velocidad permitida y se llega justo en el momento del cambio, frenar es un peligro para que lo choquen por detrás. Debería al menos cada semáforo tener la indicación de los segundos que faltan para el cambio como está en la Avenida Oriental, por ejemplo. Lo otro que se necesita es evaluar la velocidad permitida en determinados corredores viales para evitar el colapso de la movilidad.
El rincón de Dios
“¡Qué cosa tan hermosa cuando sentimos en el corazón que hay regocijo en nuestra familia!, que hay un canto, un himno, una canción, una emotividad que nos hace vivir y pensar que estamos jóvenes todavía y que podemos jugar con nuestros niños como si fuesen hermanos, aligerando nuestros pasos pudiendo concientizar realmente lo que significa la Familia de Dios.” María Esperanza de Bianchini
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