Patadas de ahogado
Mi madre cuando la teníamos perdida nos decía: dejá de
dar patadas de ahogado que así no vas a lograrlo. Es lo que le está pasando a
Juampa de tanto dar saltos al vacío.
Para creer en los acuerdos de paz o en cualquier otra
medida del gobierno se necesita verdad, claridad, trasparencia y objetividad. Y
para utilizar un dicho bogotano, lo que sucede es lo mismo, pero exactamente
todo lo contrario. Por algo la popularidad de Juampa en las diferentes
encuestas se ubica entre el 16% y el 29%. En el mejor de los casos pocos puntos
por encima de la de Maduro.
La Corte Constitucional a pesar de avalar medidas
insólitas sobre el plebiscito, como el umbral del 13%, puso condiciones. Una
fundamental es la contenida en el artículo 5 de la sentencia: “El Gobierno
nacional publicará y divulgará el contenido íntegro del Acuerdo Final para la
Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.
Dicha publicación se realizará de manera permanente, con mínimo treinta (30)
días de anticipación a la fecha de votación del plebiscito...”
Sale Juampa con que para convocarlo en lugar de la firma
bastaría un chulo con las iniciales de los plenipotenciarios a un papel que es
solo una colección de borradores. Voten pues amigos por un cheque en blanco
respaldado por tres mosqueteros de gran credibilidad: Roy Barreras y Armando
Benedetti aupados por el vociferante César Gaviria, detrás de los cuales hay
otras joyitas, Piedad Córdoba e Iván Cepeda y el asesor jurídico, abogado
comunista español cuya hoja de vida pueden ver en Wikipedia, Enrique Santiago.
Sabemos que el jugador de póquer no se para en pelos;
¿pero podrá pasarse por la faja la decisión de la corte? O ¿Es el preludio para
otra patraña de refrendación? Porque a las Farc los condicionamientos de la
corte no gustaron. En su página ya andan otra vez con el cuento de la constituyente,
obviamente convocada a su amaño, no a la luz de la Carta Magna.
El problema de fondo es que se acabó el tiempo para el
gobierno mientras para los terroristas este es impredecible. Ahora salieron con
otro entuerto, los acuerdos deberán ser respaldados por una Conferencia
Nacional de Guerrilleros que obviamente deben convocar y acordar los protocolos
de movilización y seguridad de los mandamás desde La Habana a las montañas de
Colombia. Esto prolonga la firma del acuerdo final, mientras la sola logística
para convocar, organizar y votar el plebiscito Juampa la necesita finiquitar a
más tardar para noviembre. Está contra la espada y la pared para tramitar la
reforma tributaria y, si se le va a diciembre, no encontrará ni con quién
lograr el umbral.
Como decía Darío Echandía, “la gente no es pendeja” y así
lo demuestra la última encuesta de Ipsos, donde uno de los contratantes es el
lambicolor del régimen. Los resultados son contundentes: mientras el 39%
votaría por el sí, el 50% lo haría por el no,
extraño si se mira desde la óptica de la abultada publicidad oficial; la
autorización –obligación– de que los empleados oficiales participen en el apoyo
–al si– del plebiscito; la amenaza a gobernadores y alcaldes de dejarlos sin
plata si están en contravía del pensamiento de Juampa; las alharacas de
Gaviria; el ruido de guerra; la intimidación a los empresarios; la mermelada;
la obsecuencia de los medios. Mientras más traspiés dé por el afán, más subiremos
los votantes por el no y más exprimirán a Juampa.
El rincón de Dios
“La mentira tiene
muchas facetas: reticencia, cabildeo, murmuración... Pero es siempre arma de
cobardes.” San José María Escrivá
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