El rincón de Dios
Empiezo al revés, siempre dejo para el final el rincón de
Dios no para todos grato, muchos no comulgan con la palabra de Dios. La
Conferencia Episcopal aboga por la paz citando el evangelio: “Dichosos los que
abogan por la paz…” ¿a cualquier precio?... porque para lograr un acuerdo se
torció el pescuezo a la Constitución y se refunda el país hacia inciertas
vertientes ideológicas. En lugar de polemizar, traigo a colación algunas
reflexiones de altos prelados:
“No se puede llegar a la paz sin un ideal colectivo, sin
honestidad de todos y sin verdad en los procedimientos. La mentira es el camino
más rápido a la confusión y a la desidia en procesos de paz. Es inconsistente
la paz fundada solo sobre publicidad, aunque esta tenga nivel internacional.” Ricardo
Tobón, Arzobispo de Medellín.
“Yo les digo hoy a los militantes de las FARC y el ELN, a
los miembros de las autodefensas, a los narcotraficantes, pero también a los
agentes del estado y a todas las personas que de una u otra forma contribuyeron
a que el conflicto armado se hiciera cada vez más una guerra sucia, que hagan
ese proceso de descubrir la verdad acerca de sí mismos; que no sigan
encubriendo sus crímenes con la mentira; que sean capaces de descubrir la
realidad del crimen, la realidad de la falta cometida. En todo proceso de
conversión se parte siempre del principio de que se tiene que reconocer la
realidad y la naturaleza del pecado. El primer paso es el examen de conciencia.
Que ellos sean capaces de dejar a un lado todas las mentiras que se han dicho a
lo largo de todos estos años de conflicto y, por lo tanto, que poco a poco
puedan descubrir toda la verdad. Y a la luz de esa verdad sean capaces de darse
cuenta de la enormidad del crimen cometido y el daño causado a la dignidad de
otros seres humanos.
Y, al tomar conciencia de su pecado, muestren
arrepentimiento; puedan darse cuenta de que han causado un daño, que han
cometido un crimen y se arrepientan de haberlo cometido. Y al arrepentirse
pidan perdón. Y prometan no volver a hacerlo y se comprometan en procesos de
reparación del daño causado. Sin este proceso –que se vive en el sacramento de
la confesión por el cual se hacen objeto de la misericordia de Dios- no hay
conversión posible.” Cardenal Rubén Salazar.
“Los creyentes, por mandato del Evangelio, estamos
llamados a luchar por la paz. El Papa ha dicho que las cosas comienzan por uno
mismo, antes que pedirles cambios a los demás. También somos invitados a orar
incesantemente para obtener el don de la paz. Igualmente nos compete crear y
propiciar ambientes de justicia que hagan que cualquier asomo de paz pueda
echar raíces profundas. Pero no menos importante es que cualquier perspectiva
de paz esté aclimatada en ambiente de libertad, de respeto a la vida y a los
bienes, de reparación a las víctimas de parte de las guerrillas destructoras y
esto también es exigencia que hacemos los creyentes en la dignidad de las
personas. Para un cristiano la paz es la que viene de Dios; la de los
políticos, si encaja allí́, bienvenida sea. De lo contrario, hay que dejar
madurar los procesos y no pecar de ingenuos para que en pocos años no estemos
añorando el malestar actual en el cual todavía es posible, al menos, respirar.”
Presbítero Rafael de Brigard.
¿Vira la Iglesia?
Aprendimos en el Catecismo del Padre Astete: Examen de
conciencia; arrepentimiento de nuestros pecados; propósito de la enmienda;
confesión de nuestras culpas; cumplir la penitencia. ¿Será mucho pedir a la
guerrilla?
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