martes, 12 de julio de 2016

Crónica 642

El rincón de Dios

Empiezo al revés, siempre dejo para el final el rincón de Dios no para todos grato, muchos no comulgan con la palabra de Dios. La Conferencia Episcopal aboga por la paz citando el evangelio: “Dichosos los que abogan por la paz…” ¿a cualquier precio?... porque para lograr un acuerdo se torció el pescuezo a la Constitución y se refunda el país hacia inciertas vertientes ideológicas. En lugar de polemizar, traigo a colación algunas reflexiones de altos prelados:
“No se puede llegar a la paz sin un ideal colectivo, sin honestidad de todos y sin verdad en los procedimientos. La mentira es el camino más rápido a la confusión y a la desidia en procesos de paz. Es inconsistente la paz fundada solo sobre publicidad, aunque esta tenga nivel internacional.” Ricardo Tobón, Arzobispo de Medellín.
“Yo les digo hoy a los militantes de las FARC y el ELN, a los miembros de las autodefensas, a los narcotraficantes, pero también a los agentes del estado y a todas las personas que de una u otra forma contribuyeron a que el conflicto armado se hiciera cada vez más una guerra sucia, que hagan ese proceso de descubrir la verdad acerca de sí mismos; que no sigan encubriendo sus crímenes con la mentira; que sean capaces de descubrir la realidad del crimen, la realidad de la falta cometida. En todo proceso de conversión se parte siempre del principio de que se tiene que reconocer la realidad y la naturaleza del pecado. El primer paso es el examen de conciencia. Que ellos sean capaces de dejar a un lado todas las mentiras que se han dicho a lo largo de todos estos años de conflicto y, por lo tanto, que poco a poco puedan descubrir toda la verdad. Y a la luz de esa verdad sean capaces de darse cuenta de la enormidad del crimen cometido y el daño causado a la dignidad de otros seres humanos. 
Y, al tomar conciencia de su pecado, muestren arrepentimiento; puedan darse cuenta de que han causado un daño, que han cometido un crimen y se arrepientan de haberlo cometido. Y al arrepentirse pidan perdón. Y prometan no volver a hacerlo y se comprometan en procesos de reparación del daño causado. Sin este proceso –que se vive en el sacramento de la confesión por el cual se hacen objeto de la misericordia de Dios- no hay conversión posible.” Cardenal Rubén Salazar.
“Los creyentes, por mandato del Evangelio, estamos llamados a luchar por la paz. El Papa ha dicho que las cosas comienzan por uno mismo, antes que pedirles cambios a los demás. También somos invitados a orar incesantemente para obtener el don de la paz. Igualmente nos compete crear y propiciar ambientes de justicia que hagan que cualquier asomo de paz pueda echar raíces profundas. Pero no menos importante es que cualquier perspectiva de paz esté aclimatada en ambiente de libertad, de respeto a la vida y a los bienes, de reparación a las víctimas de parte de las guerrillas destructoras y esto también es exigencia que hacemos los creyentes en la dignidad de las personas. Para un cristiano la paz es la que viene de Dios; la de los políticos, si encaja allí́, bienvenida sea. De lo contrario, hay que dejar madurar los procesos y no pecar de ingenuos para que en pocos años no estemos añorando el malestar actual en el cual todavía es posible, al menos, respirar.” Presbítero Rafael de Brigard.
¿Vira la Iglesia?

Aprendimos en el Catecismo del Padre Astete: Examen de conciencia; arrepentimiento de nuestros pecados; propósito de la enmienda; confesión de nuestras culpas; cumplir la penitencia. ¿Será mucho pedir a la guerrilla?

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