domingo, 2 de junio de 2013

Crónica 512

Respirando por la herida

La rabietas del Canciller de Venezuela Elías Jaua, el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello y de Nicolás Maduro, por la visita a Colombia de Henrique Capriles son un esperpento. Por si tienen dudas, Colombia es un país soberano y autónomo, sus dirigentes pueden recibir a quien quieran, cuando quieran y donde quieran. De otro lado, la oposición venezolana representa el 50% de la población así Maduro trate de minimizarla con el sofisma de que es “una mitad minoritaria”. El error venezolano es no aceptar esa realidad, comportamiento normal de toda dictadura marxista.
Recurren además al chantaje: “Estamos evaluando si le seguimos comprando a Colombia”, ellos son los afectados: a tiro de piedra tienen los productos que no han podido conseguir con sus socios del Alba por que no pagan y pretendían fiar en nuestra patria; industriales y productores colombianos hace rato se mudaron de parroquia. “Estamos evaluando si seguimos participando en las negociaciones de paz”, tranquilos, no nos interesa importar el fracasado socialismo del siglo XXI que pretenden vendernos a través de “Timochenko” y compañía, sus huéspedes VIP. “Dudo de la sinceridad del presidente Santos, cuando le mete una puñalada a Venezuela por la espalda y se presta a lavarle la cara a la conspiración contra Venezuela.”, Santos, el primero en correr a legitimar a Maduro después de robarse las elecciones, no aceptaría que se conspire, o lo haga, al heredero de su nuevo mejor amigo.
No faltaba más que para hablar con una persona el Presidente o el Congreso de Colombia tengan que pedirle permiso a don ‘Nico’. ¿Cuándo el expresidente Uribe, que no es ajeno a la camorra, protestó por las frecuentes visitas de Piedad Córdoba a Chávez? ella si iba a conspirar. Tampoco protestó Colombia a los Estados Unidos ni a su Congreso por recibir a Teodora, a Petro y a otros del Polo, cuando despotricaron contra el gobierno colombiano y trataron de hundir el TLC. No protestó contra Francia por las actividades de Yolanda Pulecio y las trampas que ese país trató de hacer por debajo de la mesa para liberar a Ingrid Betancur, por el contrario, nuestro gobierno aceptó liberar a ‘Rodrigo Granda’ para darle gusto a Sarkosy.
Recuerdo esta propaganda de mi juventud: “Tarde o temprano su radio será un Phillips”. Y tarde o temprano tenía que suceder la trifulca con Venezuela. Es una dictadura que necesita con urgencia la bronca con Colombia como cortina de humo para distraer el rotundo fracaso del socialismo del siglo XXI con su chequera desnutrida, a pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo, por los insensatos compromisos adquiridos por el chavismo. Le tocará a María Ángela Holguín echarse otra bailadita con el camarada Maduro, hablándole al oído, para ver si endereza por ahora el entuerto.
Venezuela necesita algo más contundente: hace rato viene pensado en una confrontación armada con nuestro país, la evitó Chávez porque logró mantener anestesiado al pueblo venezolano. Maduro está completamente verde para la tarea de confundir incautos y los problemas internos le están reventando a borbotones. Para su mente locuaz viendo pajaritos, la imagen suya en un cuadro del comandante y al Espíritu Santo influido por Chávez para elegir el Papa, hacer una guerra es juego de niños.
La conclusión después del chantaje es que el proceso de paz debe soltar las amarras de la reelección, la dirección torcida de cualquier país y la impunidad, para que sea creíble y sustentable.

El Rincón de Dios


“Cuando queremos crear la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos entonces creamos la división”. Papa Francisco

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