martes, 23 de abril de 2013

Crónica 508


¿Soy guerrerista?

“Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad...” Confucio
No creo que haya una sola persona en Colombia que no quiera la paz, yo también la quiero; pero no a cualquier precio; no una paz sin reparación a las víctimas, aunque sea simbólica; no una paz con impunidad total como a la que aspira el Fiscal, cuyo discutible período fue ampliado por el Consejo de Estado gracias al equilibro de insulina de Magistrados que aceptan altas dosis de mermelada sin que su salud afecte.
Tengo claro que si queremos la paz tenemos que tragarnos muchos sapos: comulgar con congresistas de las Farc, aceptar con resignación que ocupen puestos públicos. Tengo claro también, que eso para ellos no es relevante, buscan el poder a toda costa y, en ello, han recibido claras directrices de sus anfitriones, el difunto Chávez, los hermanos Castro, Diosdado Cabello, Nicolás Maduro, personajes cuya “transparencia” democrática conocemos y, ahora, se nos confirmó con creces.
Tengo serias dudas sobre las conversaciones de la Habana por estar manchadas con la aspiración de Santos a la reelección, así haya tratado de vendernos la ocurrencia de que solo sería por dos años, sugeridos por Teodora, lo que requería reformar la Constitución, o lo que es más fácil, pasársela por la galleta como lo hicieron en Venezuela ratificando el entuerto en precipitada reunión de Unasur y, la genuflexión inmediata de jefes de estado cuya pensamiento sobre el socialismo del siglo XXI agrupa, incluido por supuesto, Juan Manuel Santos, para quien la dignidad no importa. Por encima están sus intereses. La carta de JMS mamándose de su propuesta, es más ridícula que la actitud de su amigo Maduro.
Si analizamos con cordura lo tratado en el Foro de Sao Paulo el 8 de abril en Bogotá, por muy imparciales que seamos, nos deja atónitos. Veamos algunas posturas: “La paz no interesa, es solo un vínculo para lo que se busca, la toma del poder.” “…las Farc no deben abandonar las armas ni desmovilizarse completamente, y es necesario que los opositores a la subversión sean “acallados” a como de lugar…”  “…es imprescindible sacar adelante el tema de tierras y zonas de reserva campesina, ya que esto servirá para hacer presencia y gobernar en territorios del país, logrando autonomía importante con miras a la toma del poder total en Colombia…” Que se digan estas cosas en un foro de mamertos, donde la principal protagonista es Piedad Córdoba, no debería preocuparnos, están en su derecho de pensar como quieran, pero ¿hasta donde está el camarada Santos, como allí lo llaman, metido en el cuento? En el foro, varias veces mencionaron su apoyo.
Una cosa apacigua algo mis ánimos: Para las Farc el momento de negociar es ahora o se les pone el dulce a mordiscos. Pero el cronómetro está en su contra, nada parece haberse definido hasta ahora y de allí los dos años adicionales que buscan Teodora y Santos. Después de haber traicionado a 9 millones de votantes, ¿cuantos seguirán creyéndole? Y aquí aparece otra encrucijada: La izquierda ya está definida a irse con Clara López, mientras que el centro y la derecha siguen dando tumbos y no hay una convergencia como la que logró Venezuela con Capriles. El resultado de ir divididos a las urnas dejará las cosas en manos de Santos y Clara López. ¡Que susto!

El Rincón de Dios

“Una condición previa para la paz es el desmantelamiento de la dictadura del relativismo moral y del presupuesto de una moral totalmente autónoma, que cierra las puertas al reconocimiento de la imprescindible ley moral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre.” Benedicto XVI  

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