Infraestructura
Esta semana visitó a Medellín el ministro de hacienda Mauricio Cárdenas S., no por querido con Antioquia que no es el departamento de los amores del Presidente, vino para asistir a las exequias de su abuela materna. Pero los paisas nada desaprovechan, y como sus padres, Jorge Cárdenas y Cecilia Santa María son de acá, aprovecharon sus raíces para abordarlo y buscar participación de la nación en obras de infraestructura regional de beneficio nacional.
No parece que haya sido muy acertada su respuesta a
una de las preguntas que contestó
con estas o parecidas palabras: El Presidente está interesado en apoyar las
obras que pueda inaugurar. Traducido al buen romance, quiere decir que nos
tragó la tierra porque, así lo reelijan, durante los años que le quedan en el
gobierno solo podrá estrenar obritas de tercera categoría sin ningún impacto
real para mejorar la infraestructura vial del país y mejorar la competividad,
sobretodo si pasan por acá.
Las Autopistas de la Montaña ahora rebautizadas con el
pomposo nombre de Autopistas de la Prosperidad, primero se las quitaron a una
empresa sin tacha con sede en Medellín obviamente, ISA, para licitarla con
libertad entre quienes puedan contar con los favores de la capital. Además, de
autopistas solo les queda el nombre porque ya son de una calzada, poco más que
una trocha con pavimento que en nada mejoran la movilidad. Para esa gracia
arreglen el problema de Yarumal - Puerto Valdivia, se hace más rápido, la puede
inaugurar, y la Costa queda igual de lejos en horas de viaje. Primera farsa.
La vía Medellín Turbo y la posibilidad de un puerto
que quedaría a tiro de piedra de Medellín, ni hablar del peluquín. Necesita
variantes, túneles y viaductos. Por mucho que se muevan tampoco la podría
inaugurar, a no ser que logre hacer reformar un ‘articulito’ de la
Constitución, para permitirle otras dos reelecciones. Segunda farsa.
La doble calzada La Primavera – Bolombolo – La
Pintada tampoco la podrá ver. El solo trayecto Sabaneta – La Primavera, que son
menos de quince kilómetros, lleva cinco años en construcción y falta más de la
mitad, está hecha a retazos, porque faltan terrenos por negociar y otras
minucias que duermen el sueño de los justos. Tercera farsa.
Para que no me tachen de pesimista recurro a otro par
de ejemplos, el túnel del Oriente que debería haber arrancado hace un año y el
ensanche y pavimentación de la vía Montería Turbo que debería estar en
construcción desde hace seis meses, están trancados por insignificantes
detalles ambientales que unos carajitos, que no han salido de sus casas, se
inventan para entrabar todo. Desconocen la tecnología para mitigar los daños
ambientales y tratan de defender la muerte de un pajarito por allí. La famosa
locomotora de la infraestructura está mas varada que locomotora de los
ferrocarriles nacionales y, si le agregamos que Santos debe inaugurarlas,
apague y vámonos. Sin infraestructura es imposible competir. Los TLC ¿para qué?
Vamos para atrás como el cangrejo.
El Rincón de Dios
"El que medita y piensa en Dios,
que es espejo de su alma, busca conocer sus defectos, intenta corregirlos, se
reprime en sus impulsos y pone su conciencia a punto." Padre Pio
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