miércoles, 6 de junio de 2012

Crónica 475


Salsipuedes

No es el porro de Lucho Bermudez, es Bogotá. Una de las cosas que extraño en Bogotá son las cámaras de foto multa de Medellín. Muchos las detestan, pero pronto se convencen de su provecho, aparte de las críticas que generan sobre la parte de los recaudos que van a parar a bolsillos particulares, para amortización y utilidad de la inversión en el sistema, lo cual no es tema de este comentario.
La verdad es que a medida que transcurre el tiempo se empieza a notar el elemento educativo en que se han convertido: respeto a la velocidad en zonas residenciales y vías principales; a la no invasión de las cebras para el cruce de peatones; a las  intersecciones viales; a las señales de semáforos en amarillo o en rojo; a las zonas de estacionamiento prohibido; a los cruces indebidos, etc., todo lo cual mejora sensiblemente la movilidad, contrario a lo que en la capital sucede, que es un caos.
Por estos lados, parte de la enorme congestión no es tanto como se dice el número de vehículos en circulación, sino la indisciplina, falta de autoridad y deterioro de las calles. Es increíble ver en las vías principales estacionados vehículos en lugares prohibidos, obstruyendo uno de los carriles, mientras sus dueños están haciendo gestiones en el banco, compras u otra clase de tramites y la autoridad no aparece. Las intersecciones viales siempre se bloquean, aplica la ley del más fuerte, con lo cual se anula la utilidad de los semáforos y, así por el estilo. El Transmilenio que es una maravilla, está congestionado por falta de nuevas rutas y más buses articulados, lo que espanta a posibles usuarios que podrían utilizarlo. La integración del sistema de transporte está por verse. 
El pico y placa de dos días completos a la semana es un adefesio. Para quienes no tienen con qué, se les limita la movilidad y afecta su productividad en el trabajo como es el caso de constructores, personal externo de ventas, etc. Quienes tienen la plata, han recurrido a uno o más vehículos adicionales y, ahora que en Colombia los carros usados se deprecian a la velocidad de países desarrollados, estos se han convertido en solución perfecta. Los automóviles que se retiran de circulación por el pico y placa representan un ínfimo porcentaje de lo planeado, con el agravante de que el crecimiento artificial del parque automotor generado por la medida, hace la situación irreversible.

El agua gratis

Hay otras cosas que inquietan a los bogotanos, como de donde saldrá la plata para la gratuidad parcial del agua en los estratos 1, 2 y 3, no porque sea una medida absurda, que posiblemente no lo es, sino por los costos que el distrito deberá reembolsar a la empresa de acueducto para no quebrarla, y lo difícil que esto resulta por parte de los organismos oficiales, como está demostrado en infinidad de casos. Lo grave es que se plantea antes de educar la gente para el consumo.
Podrían ensayar algo que en Medellín ha hecho Empresas Públicas con la electricidad y está implementado para el acueducto: las tarjetas prepago del servicio. Me consta que esto ha solucionado problemas que se presentaban con cortes de energía y racionalizado su consumo. Hablando con usuarios de barrios pobres donde se aplica este sistema, encontré que una tarjeta de dos mil pesos, que antes les duraba un día, ahora la hacen rendir hasta cuatro. Han aprendido a apagar las luces que no necesitan; a utilizar la parrilla solo el tiempo indispensable; a no usar otros electrodomésticos, como la televisión si la tienen, fuera de los tiempos de disfrute; utilizan bombillos ahorradores o de menor consumo; están aprendiendo a utilizar el gas para la preparación de alimentos, para lo cual otra empresa les regala el primer cilindro. Estoy seguro que con el suministro de agua a través de tarjeta prepago, pasará lo mismo.
Estas críticas no le quitan a Bogotá su encanto y su importancia como capital. Solo empañan su belleza y la calidad de vida que le han hurtado malas administraciones por la ceguera de quienes tienen el poder de elegir los alcaldes con su voto. Ojalá que lo que han vivido los haga pensar que es mejor cumplir con el deber en las elecciones, antes de salir de paseo para Peñalisa, Anapoima, Mesa de Yeguas, el Peñón o Villeta.

Me dejó frío

El fallo de la Corte Suprema de Justicia que determinó que el secuestro y asesinato de Gloria Lara no fue un crimen de lesa humanidad. El M19 fue el iniciador de los secuestros en Colombia con los de José Raquel Mercado, Gloria Lara, Octavio Villegas y mi primo Jesús Eduardo Sarmiento. Si estos no son crímenes contra civiles, ¿cuáles son?

El rincón de Dios

Para amar la Trinidad “…bastará dejar libre el corazón. Separarlo poco a poco de los valores relativos que lo entusiasman provisionalmente. Explicarle despacio que en todas las cosas buenas, en las nobles acciones, en la hermosura que encontramos, de pronto, por las esquinas del mundo, el Señor ha dejado sus huellas.
Bastará explicarle a nuestro corazón que su sed de ternura, su ansia de compañía, su deseo de sincera intimidad, aunque a veces lo engañen, algún día lo podrán conducir hasta Dios.
Bastará motivar a nuestro inquieto corazón para que alguna vez se asome al infinito y, desde el marco de las cosas visibles, se proyecte al amor de lo invisible.” Padre Calixto

La Crónica no hará parte de mi año sabático, seguirá importunándolos.

No hay comentarios:

Crónica 961

¿Otra vez mi general borracho? Definitivamente tenemos un desgobernante digno de admiración: nombra los principales delincuentes “gestores d...