lunes, 22 de agosto de 2011

Carta a mi hijo que padece cáncer

Querido Andrés:
Me gustó mucho tu mensaje, refleja el espíritu de lucha que más necesitas en este momento, conjuntamente con una indeleble fe, para salir adelante y derrotar la enfermedad.
Sigo pensando, no solo por mi experiencia que casi dobla la tuya, sino por lo que he analizado y estudiado en circunstancias que a diario en esta vida se nos presentan y nos atribulan y atropellan, que la determinación, el pensamiento positivo y eliminar lo negativo, es fundamental para superar los momentos difíciles. Apagar el interruptor de la mente en las noches, olvidándonos de todo lo que nos agobia, la regenera y amanecemos con ella limpia y despierta para dar en el día la batalla decisiva.
Nuestro cuerpo está diseñado magistralmente. Fue dotado de defensas que lo reconstruyen en circunstancias azarosas, alejan las enfermedades y se defiende de los ataques que a diario se le presentan. Esas defensas operan naturalmente; pero si reciben estímulos mentales positivos multiplican exponencialmente su eficacia. Ya has analizado experiencias de personas que han pasado por lo tuyo, algunas quizá más afectadas, y han ganado la batalla dando una lucha sin cuartel. Ese es el camino procedente.
Se que estás haciendo lo tuyo sin bajar la guardia, bajarla, aunque nos duela o nos cueste, no está ahora permitido. Por eso admiro que hayas tomado la decisión de seguir practicando el ciclismo, asistir al trabajo aún en condiciones extremas, recién aplicada la quimioterapia, que todos lo que por ella han pasado me dicen que es abrumadora. Te veo muy bien y celebro como has sabido manejar esta situación con la familia que, para superar esta etapa difícil, es componente fundamental.
Miremos ahora la oración de propios y extraños. El Señor es infinitamente misericordioso; pero los milagros necesitan correspondencia de nuestra parte y la aceptación de que se haga su voluntad. Existen tres estadios: Si, Todavía No, y No, por lo cual debemos mantener las esperanzas sobre cual sea el que nos corresponda. Pero en ello el valor fundamental es la Fe. Jesús mismo dijo, si tuvieras fe como un granito de mostaza (la más pequeña de las semillas) moverías montañas.
La oración y práctica de nuestras creencias no sustituye los demás esfuerzos; pero abre caminos insospechados: Ilumina y guía los médicos a optar por la mejor alternativa, facilita los pasos necesarios para acceder al tratamiento adecuado, tranquiliza el espíritu, estimula la sanación corporal, nos da fortaleza a todos los que estamos involucrados, trae paz y da discernimiento. Es tan importante la paz en el cuerpo como en el espíritu.
En este momento eres afortunado, mucha gente está orando por ti, algo que muchos quisieran. A eso debemos corresponder todos, porque lo que a ti te afecta repercute en los demás miembros de la familia que entrañablemente te queremos.
Aquí viene otro dilema fundamental: No es ¿por qué esto me pasa a mí? sino ¿para qué? Mírese desde donde se mire, se trata de un llamado, por lo cual, no solo debemos rebobinar la película de nuestra vida sino analizar el presente y todo lo que nos rodea. ¿Qué está o estuvo equivocado? ¿Qué ajustes se necesitan? ¿Hemos influido en nuestros allegados en la dirección correcta? ¿Cumplimos los mandatos del evangelio? Quede claro que eso no significa que si no estamos, o hemos estado en lo correcto, nuestros males sean un castigo. Como decía mi mamá, “Nuestro Señor no castiga ni con palo ni con rejo”. Pero si puede significar una brújula para orientar nuestro futuro.
A tu edad raramente uno ha encontrado a Dios en su debida dimensión, es una lástima. No lo digo por ti, no tengo idea de cual es tu pensamiento o posición sobre este asunto. Me refiero a que yo tardé mucho en hallarlo. Me ha costado más aprender a orar, y todavía creo que lo hago a medias. Pero cada día trato de acercarme más a Él. Quisiera tener la mitad de la fe de tu madre o de tu hermana. Y aunque cueste admitirlo, no son fanáticas, calificativo erróneo y mordaz que a veces les endilgan.
La fe me ha llevado a superar momentos muy difíciles aún en el presente. Si no hubiese sido por ella, habría sido imposible sacar adelante la escuela, donde recibo la más inmensa paz al ver la felicidad con que me acogen esas doscientas criaturas, antes condenadas a vivir en un tugurio. Es solo uno de los milagros que he visto nacer de lo quimérico. Fue una lección maravillosa ver como lo difícil me costó tanto, pero lo imposible, solo un poco más.
De los milagros debidos a la fe de tu madre hay testimonios por montones, los he vivido tan cerca que me anonadan. No voy a cansarte contándolos acá. Pero créeme que por algo la molesto diciéndole que tiene el celular de la Virgen, Nuestra Madre.
Tengo toda la confianza en que superarás este trago amargo. Reforzándolo un poco, será más fácil, de manera que ¡ánimo! Y sigue para adelante.
Esta reflexión la miro con profundo respeto.
“El reino de Dios no es una cuestión de honores y de apariencias; por el contrario, como escribe san Pablo, es "justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo" (Rm 14, 17). Al Señor le importa nuestro bien, es decir, que todo hombre tenga la vida y que, especialmente sus hijos más "pequeños", puedan acceder al banquete que ha preparado para todos. Por eso, no soporta las formas hipócritas de quien dice: "Señor, Señor", y después no cumple sus mandamientos (cf. Mt 7, 21). En su reino eterno, Dios acoge a los que día a día se esfuerzan por poner en práctica su palabra. Por eso la Virgen María, la más humilde de todas las criaturas, es la más grande a sus ojos y se sienta, como Reina, a la derecha de Cristo Rey. A su intercesión celestial queremos encomendarnos una vez más con confianza filial, para poder cumplir nuestra misión cristiana en el mundo” Benedicto XVI
Ya no me da pena poner a consideración estas cosas, que en otra época me aterrarían, los 77, al borde de llegar, me dan derecho a la impertinencia. También me lo da el inmenso amor que te tengo y el sufrimiento que con tu enfermedad he padecido y, además por el que ha pasado tu madre que es lo mejor y mas tierno que hay en este mundo.
Con ella te damos el mas apretado abrazo y gran beso,

4 comentarios:

Elbacé Restrepo dijo...

Rafael, gracias por esta lección de vida. Un abrazo solidario para ustedes.Y una oración.

Claudio Minones dijo...

Querido Dr. Uribe y Flia: Que Dios los guie, los ilumine y les bendiga en estos momentos de prueba. Que vuestros corazones no se aparten de El y que sepan siempre que en El esta vuestra fortaleza!

Rezo por la salud de Andres y la alegria en vuestras vidas!

Carmen y Carlos dijo...

Rafa - y Sofi - que bonita carta la que escribes. No conocemos personalmente a Andrés, pero estamos seguros que, siendo hijo de una pareja tan excepcional como lo son tú y Sofi, y además hermano de Ana María, quien ha sido guía y consuelo nuestro en infinidad de ocasiones, él debe ser una persona muy especial. Andrés está en nuestras oraciones hace ya varias semanas y continuará en ellas hasta que la mano de Dios le de el alivio necesario a su cuerpo y a su alma. Un gran abrazo, Carlos y Carmen.

La Crónica dijo...

Elba Cecilia; Claudio, Carmen y Carlos.
mil gracias por sus comentarios; pero ante todo por sus oraciones, ellas nos darán la fortaleza para soportar los designios de Dios; o para gozar de un milagro, si es su voluntad.
Rafael y Sofía

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