viernes, 19 de agosto de 2011

Crónica 449

El TLC con Canadá
Es una buena noticia para Colombia y no tan buena para los gringos por estar haciéndole caso a Piedad Córdoba, Petro, al Senador Robledo y a otros personajes del Polo, que fueron a darle cuerda en contra a la Pelosi en el Congreso de los Estados Unidos. Ha jugado también la miopía de los Demócratas, creyendo que acá asesinamos a los sindicalistas y que se afectarían los suyos, por lo cual decidieron empantanar el TLC de los Estados Unidos con Colombia, uno de los pocos países amigos que tenían, y tienen, en América del Sur.
Resulta que los agricultores de los Estados Unidos, ahora andan de pelo parado porque ven con temor que cada vez pierden más mercado de granos con Colombia. De hecho, ya le compramos más a Argentina que a los gringos y, ahora con las puertas abiertas de Canadá y la rebaja de aranceles, seguramente este país será proveedor importante de trigo, cebada maíz y aceites comestibles, principalmente de canola. En bienes de capital los canadienses son competitivos con sus vecinos del Sur, de manera que a los Estados Unidos se les está saliendo el roto por el descocido y van perdiendo un mercado tradicional para algunos de sus productos.
A Colombia se le abre una nueva perspectiva de diversificación de exportaciones en un mercado interesante. La dependencia de Venezuela, con las dificultades de pago a los exportadores colombianos, obligó la búsqueda de nuevos mercados y el resultado ha sido contundente. A pesar de restablecer las relaciones con Chávez los industriales no le creen, y es así como las exportaciones colombianas han caído en un 3% con relación al mismo período del año pasado, cuando ya estaban por los suelos. Si restamos las ventas de energía eléctrica y gas que le hace el gobierno colombiano, en otros bienes se acrecienta sensiblemente la disminución de las ventas al país vecino. Canadá será en buena hora un buen receptor para buena parte de estos productos colombianos.
Los que puntean para las alcaldías de Bogotá y Medellín
Si se miran las diferentes encuestas nos encontramos con sorpresas: en Bogotá hay un empate técnico entre Enrique Peñalosa y Gustavo Petro. Se les acerca Antanas Mockus, que se lanzó a última hora, mala cosa porque no va a ganar y le restará votos a Peñalosa a favor de Petro. Parecería increíble el empate de Peñalosa y Petro después de una magnífica alcaldía del primero y de la pésima lección que deja el Polo con la de Samuel Moreno, de una alcaldía pésima y corrupta. Petro viene del Polo, aunque se haya retirado, y no me parece que sus antecedentes, al menos por ahora, le den la fortaleza suficiente de fungir como defensor de la moral y de la ética. Su amistad con Chávez, en lo cual está en todo su derecho, no se que influencia pueda tener en un populismo desbordado que, sin la chequera de los petrodólares, es francamente asustador.
Entiendo que a Bogotá tampoco le fue de maravilla con Lucho Garzón, de las mismas tendencias de Petro. Mockus, como dice Plinio Apuleyo, está mas cerca de las estrellas que de la realidad y haber desbaratado el partido Verde no fue una buena muestra de sensatez. Increíble que Bogotá piense equivocarse por tercera vez.
En Medellín, las cosas van por el camino equivocado. Las encuestas muestran a veces un empate técnico entre Aníbal Gaviria, anterior gobernador, y Luis Pérez, quien ya había desempeñado la alcaldía de Medellín. A veces, el uno supera al otro; pero todo parece indicar que finalmente superará Pérez la intención de votos. No me cabe duda de que Pérez hizo una buena alcaldía en general, pero no me parece que haya sido transparente. No gratis se ganó el apodo de Luis XV, y por algo los partidos, el suyo propio incluso, le negaron su aval. Pero la reforma política permite presentar candidaturas a base de firmas, lo cual democráticamente me gusta para permitir las aspiraciones de candidatos independientes y, a este expediente recurrió Pérez. Peor es su alianza con Álvaro Vásquez que aspira la gobernación. Tampoco está clara la transparencia de este individuo, al que la mayoría de sus copartidarios, los más importantes, le quitaron su respaldo por falta de claridad en sus actuaciones anteriores.
A Luis Pérez lo respalda el gremio de constructores, que en su antigua administración fueron beneficiarios de contratos, en muchos de los cuales se dice que no hubo transparencia alguna, aunque no tengo suficiente respaldo de mis fuentes para aseverarlo tajantemente. Claro está, que cuando el río suena, piedras lleva. Personalmente no sería capaz de darle mi voto. No me cabe duda de que es un hombre emprendedor y sus proyectos de campaña son novedosos y serían efectivos para la solución de muchos problemas de movilidad en la ciudad.
Hay algo que ninguno de los aspirantes a definido del todo. En Bogotá la necesidad de completar las rutas de Transmilenio a la mayor brevedad, es una maravilla y una solución antes de que sean capaces de construir el Metro que está en estudios y proyecto desde hace más de treinta años en la alcaldía de Emilio Urrea, y, en Medellín, la puesta en marcha del Metro Plus que, teniendo la mayoría de las vías construidas, no se ve ni por asomo. Para que el pico y placa se justifique, aunque para mí esa medida no pasa de ser un embeleco, se requiere primero que haya buenas alternativas de transporte público.
El rincón de Dios
"Como pecador necesito perdón; como peregrino necesito compañía; como enfermo necesito médico; como intelectual necesito verdad; como discípulo necesito enseñanza; como hombre necesito comprensión. Todo esto lo hallo al encontrar a Dios". Anónimo

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