Sentido Común
“El sentido común es algo que todo el mundo necesita, pocos tienen y ninguno piensa que le falta”. Benjamin Franklin.
Respeto el pensamiento ajeno, pero hay cosas que me duelen, no puedo creer que en el momento más difícil para el futuro de nuestros hijos y nietos haya quienes se abstengan de votar o lo hagan en blanco, lo primero es falta de patriotismo, lo segundo, dejar en manos de terceros, sin saber cuáles, decidan por ellos el futuro que tendrán miles de familias colombianas.
He oído argumentos baladíes: un amigo no votará, opina que cuando lleguen las malas estará chupando gladiolo, a otro no le gustan Petro ni Hernández, quiere votar en blanco; pero botar el voto no es una opción, vote por el que menos malo le parezca midiendo con cuidado las consecuencias, su propio futuro y el de su familia.
¿Cuál es el alto rango del pacto histórico? ¿Roy Barreras y Benedetti? los peores trásfugas que el país conoce, han recorrido todos los partidos y tendencias en busca del sol que más alumbre y planearon el petrogate según lo publicó Semana; ¿Piedad Córdoba? qué maravilla, una senadora cargando ilegalmente billetes verdes por rutas oscuras; ¿Iván Cepeda? buhonero de falsos testigos con oídos directos en la JEP para desprestigiar nuestros soldados y policías que por defendernos la vida y honra brindan su vida o son mutilados en combate o erradicación de cultivos que ellos no sembraron; ¿Los congresistas de las Farc? en las audiencias judiciales ríen cínicamente, el perdón les resbala, el cumplimento de los acuerdos de su parte no se ve, los secuestros, reclutamiento de menores, narcotráfico y reparación a las víctimas es un chiste; los crímenes de lesa humanidad siguen y seguirán en el limbo; ¿el Clan del Golfo? ¿los narcos? ¿el Eln? ¿los de la Picota? ¡Dime con quién andas y te diré quién eres!
Para no alargar el chico, aquellos jóvenes (y jóvenas) que están obnubilados con el encantador de serpientes conocido como “el señor de las bolsas” les haría bien repasar la historia de lo que no tuvieron que vivir: ¿Podían sus padres ir a sus fincas, si las tenían? ¿Recorrían por recreación o trabajo las carreteras nacionales con el “kit”[1] por temor a una “pesca milagrosa”? Si sus padres tenían empresa ¿vivían la posibilidad de un secuestro o de ser extorsionados? ¿Tuvieron que esperar una patrulla policial para trasladarse del aeropuerto a la ciudad? ¿pagaron el rescate por un pariente secuestrado? ¡Claro que no, eso lo desconocen! No se preocupen, sigan así, recibirán una mísera cajita Clap o un cupón de racionamiento, formarán parte de millones que recorrerán carreteras a pie para buscar refugio en el vecindario en busca de un pedazo de pan, “alquilar” un semáforo para mendigar letrerito en mano, o rebuscar cualquier trabajo y atención de salud como tocó a muchos de los más de dos millones de venezolanos recibidos solidariamente en nuestra patria.
El Rincón de Dios
“La congruencia entre lo que se dice y se hace, hace que lo que se dice sea creíble y lo que se hace sea posible.” Anónimo
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