Los malos de la película
Maduro el chofer de Venezuela no conduce solo el bus, tiene dos maquinistas cercanos: Diosdado Cabello dueño y señor del Cartel de los Soles, y la vicepresidente Delcy Rodríguez Gómez, fundamentalista bien entrenada por los hermanitos Castro.
Maduro con la anuencia y apoyo de sus maquinistas ha decidido mover a la frontera con Colombia militares bien equipados que, para ir mirando reacciones, de vez en cuando hacen que sus helicópteros crucen la frontera. Cuando los pillan se disculpan como el Chapulín Colorado, yo no fui. Lo hacen a propósito, necesitan una cortina de humo para tapar la enorme crisis humanitaria que olímpicamente niegan.
Nos sentimos tranquilos, tenemos un ejército ejemplar, y pensamos que el burocratizado ejército vecino no tiene la garra para aprovechar una tropelía en la frontera para atizar una contienda de alcance letal. Estamos equivocados, Pedro Carreño y otros personajes del país vecino han dejado claro que sus aviones Sukhoi podrían destruir en una acción relámpago los siete puentes que cruzan el río Magdalena para dividir a Colombia en dos, y estarían en capacidad de neutralizar la obsoleta flota de combate aéreo de nuestra patria.
No podemos hacernos los desentendidos, el armamento venezolano supera con creces el nuestro y, aunque hay gran distancia entre el valor de nuestros soldados y el el de los vecinos, no olvidemos que, para mencionar solo el caso de los bombarderos Sukhoi, tienen suficientes pilotos “de entrenamiento” rusos que podrían infringir gran daño a nuestra infraestructura vital en poco más de media hora de vuelo.
Maduro asegura que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es un ejército popular, reforzado con setecientos mil esbirros civiles armados para, según Maduro, proteger a Venezuela del imperialismo. Y, para Maduro, Colombia es un apéndice aliado de ese imperialismo.
No olvidemos el preámbulo que ha tejido el vecino: el supuesto atentado contra Maduro dizque concebido por Santos y Trump; a este ahora suman el apoyo de nuestra Cancillería a la demanda de siete países ante la CPI contra el dictador vecino, y la reciente medida de aislar la participación de Venezuela como garante del proceso de negociaciones con el Eln, a pesar del válido argumento de que un país que lo ha auspiciado, protegido y permitido acciones terroristas desde su territorio está lejos de ser garante.
Queda una pregunta de fondo: ¿Existe alianza de las disidencias de las Farc y, del Eln, con los mercenarios de la FANB venezolana?, algunos comentarios en las redes sociales después del acuartelamiento de primer grado de nuestra Fuerza Aérea así parecen indicarlo.
Colombia no está provocando ni apoya un enfrentamiento armado con Venezuela, ¿pero piensan lo mismo los vecinos si nos creen los malos de la película?
Para profundizar detalles recomiendo la lectura del artículo de este enlace: http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/20679-venezuela-vuelve-y-juega-tremores-belicos vía @debatecol escrito por el coronel John Marulanda, uno de nuestros mejores expertos en el tema de seguridad.
El rincón de Dios
“La conquista de la paz llega por la justicia, pero no puede estar bajo la sombra de la mentira, puesto que la primera víctima de toda guerra es la verdad. No podemos llegar a la justicia verdadera si no reparamos completamente a las víctimas…”
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