De las carreras…
Había comentado que de las carreras no queda si no el cansancio. Eso ocurre al acelerar leyes a la topa tolondra a través de la enmenrmelada Mesa de la Unidad Nacional, que ante la incapacidad del gobierno de mantener una posición firme y coherente, archiva para no molestar a sus tertulianos de La Habana. Al cuarto de los trebejos fue a parar el Marco Jurídico para la Paz y el Referendo con modificación de articulito incluido. El plebiscito, de no ser porque Juampa necesita tapar sus trapisondas, no correría mejor suerte, no porque la Corte Constitucional llegue a cumplir su deber de declararlo inexequible como jurídicamente debería, sino porque a ‘Ivancito’ y ‘Timochenko’ les pareció un adefesio.
Independientemente de la violación que a las normas este plebiscito representa, fijar un umbral de solo cuatro millones cuatrocientos mil votos que tienen asegurados en la Costa Atlántica para alcanzar el si, difumina toda credibilidad y respaldo a un proceso que, si es tan bueno como se pregona, no requeriría estas artimañas.
No se si los autores del esperpento calcularon que también para la disidencia es fácil alcanzar ese ridículo umbral que podría poner al borde del suicidio a Juampa, que para evitarlo, ya se había pasado por la faja el referendo. Es tal el miedo del gobierno que en la reunión con los gobernadores y alcaldes electos dejó claro “yo soy el dueño de la chequera”, como quien dice, si no me marchan se quedan sin plata, amenaza corrupta de compra de conciencias.
La tarea de la oposición debe ser la pedagogía por el NO. Esto no supone, como se pretende, escoger entre la guerra y la paz, es: qué, cuanto, como y a cambio de qué, se entrega. Decir que si triunfa el no volveríamos a 20 años de guerra es ridículo, se trata es de decidir entre un Estado de Derecho con una democracia o aceptar que se sienten bases firmes para entregar el país al socialismo del siglo XXI. Ya vimos en Venezuela, donde la dictadura tenía raíces profundas y la totalidad de las herramientas a mano, la derrota abrumadora de la oposición
La abstención no cabe, votar es un deber y, cualesquiera sean las razones, es de obligatorio cumplimiento para el ciudadano de bien. Abstenerse no solo haría más fácil para el gobierno salirse con la suya, le quitaría a los oponentes toda autoridad moral para seguir en la tarea de defender las instituciones. Si a la propuesta que se hace en este enlace http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/10266-firme-“por-una-paz-sin-impunidad” se une la pedagogía por el no, podría poner en aprietos el plebiscito. La tendencia populista en América ya entró en su punto de ruptura, además de nuestro vecino, basta mirar a Argentina, Brasil y Chile. Colombia no será doblegada.
Esperemos que con el rechazo de las Farc al plebiscito no se les conceda como premio de consolación una Constituyente igual de amañada, que es a lo que aspiran, para conseguir en Cuba lo que jamás pudieron, ni podrán, con el terrorismo y las armas. ¡Gracias Venezuela por habernos dado su ejemplo! No necesitamos casi 20 años de ignominia pudiendo reaccionar ahora.
Feliz Navidad y Próspero 2016
Deseamos a nuestros amables lectores, agradecemos su paciencia y le ofrecemos disculpas por nuestros yerros.
El Rincón de Dios
“La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad. Juan Pablo II
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