lunes, 20 de abril de 2015

Crónica 585

Llorando a nuestros soldados 
La masacre de nuestros soldados perpetrada por las Farc, a mansalva y sobre seguro, no hizo más que ratificar nuestro convencimiento de que la voluntad de paz de estos terroristas no existe y que la actitud de Juampa es de cómplice. 
Esperamos que la reacción de pueblo colombiano no sea como el Alka Seltzer, que desaparezca en minutos, o defendemos nuestra patria o la perdemos. 


El Rincón de Dios

“La cicatrices se cierran, pero algunas son tan profundas que jamás pueden olvidarse”

lunes, 13 de abril de 2015

Crónica 584

Jugada magistral
Si Juampa es buen tahúr, Uribe es buen ajedrecista, la jugada para salvar la aspiración presidencial de Germán Vargas Lleras fue magistral, jaque a Juampa que quiere como  sucesor a Gustavo Petro. El Presidente quizo sacarlo de la jugada, no de frente, a través de  mandadero, su lacayo Armando Benedetti doblegado a través de mermelada; a sus espaldas para defender la misma tesis, permanecía agazapado Roy Barreras también convenientemente embadurnado; pero en cinco minutos, Uribe en el Senado expuso sus razones, y de un plumazo, desbarató el funesto trique que hasta su partido estuvo a punto de aprobar.
La actitud de quemar la aspiración a Germán Vargas Lleras inicialmente contaba con el apoyo del Centro Democrático, era obvio, Vargas se le salió del redil a Álvaro Uribe para embolatarle la segunda reelección, con la cual de paso yo no comulgué, convencido de que obtendría la mayoría en las urnas. Esta se malogró por la monumental equivocación del expresidente de hacerle el guiño al Judas que creía su amigo, como lo creímos la mayoría. 
Vargas Lleras sabe manejar los intríngulis de la política llena de esguinces y triquiñuelas para lograr un objetivo. Como Juampa, no tiene hígados para hacer lo que sea necesario para alcanzarlo y el de Vargas está claro, la presidencia para el 2018. Tenía un pacto secreto con Juampa cuando aceptó la Vicepresidencia; pero su mentor resultó mas torcido de lo que esperaba y le tenía la zancadilla preparada. Como el otro no se queda atrás, tarde o temprano le dará la puñalada marranera, tiene la sartén por el mango con la tarea asignada, y esa, ya no se la quita nadie.
La votación del Centro Democrático y las alianzas inesperadas de última hora le lanzaron un salvavidas. Pasaron a Juampa la factura y a Petro se le está embolatando la candidatura comprada con su intervención para la reelección del Presidente y con el día cívico declarado a sus empleados para obligarlos a marchar en la farsa de las víctimas organizada por las Farc, Teodora, y la izquierda que los acompañan. 
Las volteretas me sacan de la ropa, pero francamente prefiero a Vargas Lleras en la presidencia que a Gustavo Petro. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, el vicepresidente tiene calzones, es eficiente y, si sigue pensando de las Farc como antes, no lo engatusarán como lo han hecho con su jefe. No creo que acepte muchos esperpentos. Por eso, desde el centro vacacional caribeño enviaron instrucciones al pluma blanca para apartarlo del camino. Prefiero su arrogancia a la ya conocida inaptitud de su contrincante mantenido contra viento y marea en un puesto que le quedó grande.
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Los presidentes que en el cierre de la Cumbre de las Américas en Panamá alzaron el puño de camaradas celebrando el avance del socialismo en nuestra región fueron: Raúl Castro, Nicolás Maduro, Juan Manuel Santos, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega. Vamos sabiendo a que atenernos, lo señaló Castro y Juampa fue incapaz de negarse.
El rincón de Dios
“Al contemplar el panorama en el que nos desenvolvemos parece que nos encontramos frente a una realidad sin posibilidad del retorno de una paz estable y duradera. Como si estuviésemos condenados a vivir en una estado de violencia y de pruebas, de angustia y de tristeza, de tensiones o de insatisfacción permanentes. Es como si la felicidad se resistiera a venir de una vez por todas y, por el contrario, se alejase indefinidamente de la sociedad donde vivimos.” Benedicto XVI

martes, 7 de abril de 2015

Crónica 583

El camino del perdón
Quienes participamos activamente en la ceremonias de la Semana Santa escuchamos los llamados de los prelados al perdón. Se basaron en la primera palabra del Señor Crucificado: “Padre, perdónalos por que no saben lo que hacen”. Otros, además mencionaron como guía el primer capitulo del Catecismo: “Si el ser humano es capaz de Dios, el ser humano es capaz de amor y su corazón es también capaz de misericordia”.
Tema agudo de reflexión trasladado al conflicto colombiano. 
En Bojayá las Farc con cilindros de gas convertidos en bombas atacan la Iglesia donde mas de cien feligreses, ancianos, adultos y niños, se refugian de la guerra. Sus cuerpos, que minutos antes se aferraban a la vida, vuelan en pedazos. 
En Santander sufre una madre a quien la guerrilla asesinó su esposo y reclutó una hija y un hijo. A su casa un día llega un guerrillero herido al que presta los primeros auxilios, lo acuesta en la cama de su hijo. Al día siguiente el guerrillero le pregunta de quien es  la foto que hay en la habitación, de mi hijo, contesta y la respuesta del guerrillero para ella es demoledora, “a ese man lo matamos la semana pasada”. 
En Machuca, la guerrilla dinamitó el oleoducto, el fuego incontrolable destruye la población entera y mueren 89 personas, solo sobrevive María Cecilia Mosquera que ve morir incinerados su esposo y tres hijos. 
En las selvas del sur rodeados de alambre de púas, en condiciones infrahumanas, permanecen cientos de soldados y civiles secuestrados, casi siempre encadenados. Algunos estuvieron allí durante 14 años. 
Los ataques a poblaciones causaron cientos de civiles y policías muertos; 380 alcaldes  fueron desterrados de sus municipios; las voladuras de torres de energía dejaron miles de colombianos sin luz durante semanas; se volaron también puentes y ambulancias; reclutaron miles de menores; pero esto y otras tropelías, tampoco “ fueron de su autoría”.   
Son crímenes de lesa humanidad de los que ellos “no son responsables”, de consiguiente no reconocen las víctimas, le achacan la culpa al Estado y Juampa olímpicamente les acepta.
La Iglesia que nos pide perdonar, a los creyentes de a pié no nos perdona sin condiciones, exige, como debe ser, arrepentimiento, confesión de nuestras culpas, sincera voluntad de no volver a cometerlas y repararlas, para ello, el sacerdote impone la penitencia. 
Los crímenes de lesa humanidad exigen un camino de reparación antes de obtener el perdón. Sin que estos se reconozcan sin esguinces ni metáforas, la paz será trunca. También lo será si no reconocen sus víctimas por separado de las de los otros actores del conflicto. Lo será igual, si estas no se reparan; pero no por parte del Estado, por sus autores intelectuales, el Secretariado de las Farc y sus comandantes. Y aunque haya justicia transicional, deben someterse a ella y dar garantías de no repetición y entregar las armas, no dejarlas guardadas por ahí. Solo así tendrá credibilidad el proceso. Hasta ahora solo hemos visto claudicaciones del gobierno y, las Farc, que se conozca, no han dado su brazo a torcer en sus exageradas pretensiones.  
El rincón de Dios
"Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.” Lucas

Crónica 961

¿Otra vez mi general borracho? Definitivamente tenemos un desgobernante digno de admiración: nombra los principales delincuentes “gestores d...