miércoles, 25 de febrero de 2015

Crónica 578

Despedida
El mes de diciembre pasado falleció nuestro compañero y amigo el General y Capellán durante mucho tiempo de las Fuerzas Armadas, Monseñor Ariel Gutierrez. Compañero en penas y alegrías de una tertulia en la que participaba con inmenso cariño.

Como me faltan palabras para expresar el pesar por la desaparición del amigo me tomo la libertad de publicar su historia que poéticamente relató Krysitian Gómez, en su funeral.

Por las rutas agrestes de mi patria
acompañada de tiples, bambucos y guitarras
se sembró Salamina en la montaña.
Y en esa tierra noble y altanera
una mañana azul de viento cálido
en una casa de balcones floridos y paredes blancas…
El llanto de un nuevo niño se escuchaba.

Fueron las calles empedradas, las tapias y cañadas, testigos de su infancia,
una infancia simple, alegre y con Dios de compañero,
ese Dios sabio e infinito… que la mano le brinda al que le ama,
y que a él se le fue metiendo por el alma.

Desde niño cambió los balones, los yoyos y los trompos,
por juegos de misas y sotanas,
y en su corazón estaba plantando la palabra
que la presencia divina de Dios le señalaba.

Su padre y su madre, patronos de su infancia…
al seminario lo vieron partir una mañana;
se iba su hijo al encuentro don Dios, 
y con una bendición sobre la frente:
Juan de Dios, Magola, Bertha y Gustavo, 
con el corazón y con todo amor se lo entregaban.

Y pasaron los meses… y en ese noble corazón de niño…
se fueron forjando los sueños e ideales,
como se curte la miel en los trapiches
y se madura el café en los cafetales,
le fue entregando su vocación al cielo, 
desprendiéndose de lo material y los pecados.


La vida le trazaba el camino del servicio…
del servicio a su patria,
Y con Dios en el alma y Cristo en la garganta, 
se colgó el uniforme de soldado
se puso sus botas de combate, 
se llevó su misal como única arma…
y predicó la palabra del Señor
por todos los campos de batalla.

Muchos soldados heridos en la guerra,
muchos militares ascendidos al cielo
recibieron de su Capellán la bendición que Dios le puso en sus manos
para mitigar su dolor y las penas del alma.

Por su digna misión en esta tierra
se fue lleno de honores, amigos y nostalgias,
y poco a poco sin darnos cuenta,
se convirtió en el Monseñor de nuestra Iglesia…
y en el noble General de la comarca.

Y no fueron lo soles que brillaron en sus hombros
ni siquiera las púrpuras cintas que arroparon sus espaldas…
fue su noble corazón su entrega eterna,
sus sabias enseñanzas sus consejos,
su presencia oportuna en todos los momentos…
cuando el corazón se arruga o se entusiasma.

Es por eso mi General, Excelentísimo Monseñor, o amigo Ariel
que estamos aquí en comunión todos los suyos,
y desde el cielo con usted, los que ya partieron, 
sentados en su barrera celestial,
sacando pañuelos y banderas
pidiéndole al Señor, máximo jefe
le conceda todos los trofeos, 
por esa gran faena de su vida…
Una vida de amor, de ejemplo y de esperanza.


Que Dios te bendiga y tenga en su reino, amigo Ariel.

jueves, 19 de febrero de 2015

Crónica 577

Mas enredado que bulto de anzuelos
Un lector me llamó a reflexión por La Crónica no ser imparcial. Me envía para meditar un significado de crónica que no encontré en diccionarios que con frecuencia consulto. Pero razón tiene, esta columna no es imparcial por decir lo menos. Extendí el análisis a otros medios de más experiencia que leo con frecuencia y, por fortuna para mí, los encontré tan descuadernados como mis escritos. Esto me da valor para seguir defendiendo mi torcida línea de pensamiento, como este amigo tuvo a bien calificarla.
Corroboré que varios columnistas de El Tiempo, Semana, El Espectador y El Colombiano,  para mencionar solo algunos, juegan con cartas recortadas o dados cargados como se diría en el ámbito de tahures, profesión ejercida por Juampa. Seguiré pues escribiendo mi columna torcida que encuentro más derecha que la de Coronell, Duzán, Valencia, Ackerman, Bejarano, Molano, Silva, y otros por el estilo. Al menos no recibo mermelada.
Han sucedido cosas interesantes, que comento en resumen: 
La declaración de las Farc de que no reclutarán menores de 17
Queda clara su confesión que ejercen esta práctica y, a pesar de estar en un cese “unilateral” del fuego, seguirán haciéndolo con menores porque en la legislación colombiana la mayoría de edad solo se adquiere a los 18. Este es y seguirá siendo crimen de lesa humanidad a pesar de que el Fiscal Montealegre pretenda convertirlo en delito político. Para demostrar su “voluntad de paz” devuelven unos muchachos de 15 en lugar de proceder a liberar todos los que tienen en su guardería, como lo definió la representante Margarita Restrepo, basándose en las disculpas que para la metida de pata dieron las Farc en La Habana. Los niños son el fuerte de sus tropas.
Yo no vine porque me pagaron
Quedó mal Mockus al firmar el contrato para hacer la marcha en favor de la paz ¿de la vida? Claro, la hizo porque le pagaron, ese es el objeto del contrato que no puede ocultarse. Traiciona así lo que llamaba sus principios, otra de sus no pocas payasadas. ¿A quién las Farc le han respetado la vida? ¿A los militares asesinados hace unos días en pleno cese al fuego? ¿A quién se la respetarán sin la entrega de las armas? No estoy en desacuerdo con la publicidad para promover causas aunque no la comparta; sí cuando se hace sin transparencia y soterrada.
El perdón de César
Es un una bomba de profundidad que para mi gusto tiene un objetivo claro, apoyar la impunidad que Juampa quiere para sus protegidos de La Habana y defiende con ahínco el Fiscal Montealegre. No profundizo en el tema porque tiene tanto de ancho como de estrecho, solo comento que no comulgo con que se nivelen guerrilleros y los encartados de las Fuerzas Armadas, ni que sean comparables quienes por razones de fondo pagaron vacunas o secuestros de estos bandidos y los paramilitares. La impunidad es inevitable, Juampa ya lo resolvió; pero que la gente de bien se equipare a los bandidos es una afrenta contra la dignidad. De los 47 millones de colombianos no todos somos culpables como se pretende.
A María del Pilar se la tragó la tierra
Ya estaba sentenciada en los micrófonos antes del juicio, le decretarán treinta años, salvo que enlode a cualquiera. ¿Será capaz de no mentir si le rebajan la pena o le dan casa por cárcel? Así se forma el cartel de los falsos testigos denunciado en El Tiempo por por Juan Gossaín. 
Por eso, sigo más enredado que bulto de anzuelos con el proceso de La Habana.
El rincón de Dios

“El que no quiere ser vencido por la verdad será vencido por la mentira". San Agustín

miércoles, 4 de febrero de 2015

Crónica 576

Columnista Invitado
He invitado a mi amigo José Alvear, él refleja en su columna los temores que surgen de la incertidumbre sobre las conversaciones en La Habana.
¡Cuidado, Santidad, cuidado!
José Alvear Sanín 
A pesar de los raudales de mermelada para lograr la unanimidad mediática a favor de la paz con las Farc, los colombianos siguen en desacuerdo con las maquinaciones para que el poder sea compartido entre el Jockey Club y el Secretariado, de tal manera que los primeros conserven la Alta Finanza y las haciendas sabaneras, y los segundos se queden con el campo (sometido a su propia “gendarmería” bien armada), impunidad total, los frutos del narcotráfico, amplia representación en el Congreso, medios de comunicación propios, reescritura oficial de la historia, etc. 
La toma del poder total no será, desde luego, inmediata. Si no llega en el 2018, ocurrirá en el 2022, cuando un progresista y leal compañero de ruta llegue al solio para aplicarnos las fórmulas del castro-chavismo y la administración del doctor Maduro. 
Desde el principio, el gobierno prometió consultar la opinión del pueblo colombiano mediante referendo o plebiscito. Pero como esa refrendación exige, además de respuesta mayoritaria y afirmativa a una pregunta habilidosa, la superación de un umbral elevado, han empezado a considerarse fórmulas para no someter esa entrega al electorado; o para cambiar la refrendación popular por algo parecido a la tramposa séptima papeleta, que permitió la reunión de la Constituyente de 1991. 
Hace cosa de dos meses empezaron a filtrarse indicios de la maniobra mas indigna, inicua e ignominiosa, consistente en invitar al papa Francisco a entonar el Te Deum en Bogotá para celebrar la paz de Santos y Timochenko. De obtenerse esa bendición, el éxito de la refrendación plebiscitaria sería inevitable, y el estado de derecho, condenado a la desaparición. 
Desde luego, rechacé esa horrorosa visión, pero ahora comienzo a verla como la trampa en que puede caer el pontífice, mal aconsejado por una Conferencia Episcopal confusa y vacilante y por fementidos consejeros como Giraldo y De Roux, porque él acaba de manifestar su disposición a venir a Colombia una vez firmada la “paz”. 
Si yo supiera escribirle al papa Bergoglio le diría, como católico practicante, que la pax Christi es absolutamente incompatible con la del marxismo-leninismo, que nuestra moral se opone a la ética revolucionaria que legitima todas las violencias para la toma del poder, que el fin no justifica los medios, que la doctrina social pontificia no puede cambiarse por la dictadura del proletariado, que el reconocimiento de la dignidad de la persona humana se promueve más eficazmente dentro del estado de derecho que en el estado totalitario. 
En realidad, yo no le diría al papa cosa distinta de lo que él y yo, que somos contemporáneos, aprendimos de los jesuitas de nuestra juventud, porque existe una gran distancia entre la Compañía de Jesús y la Compañía de Arrupe, que arruinó la anterior. 
Y para terminar le recordaría, con respeto filial, la triste suerte de la Iglesia cubana a partir del momento en el que Castro llegó a La Habana con la Virgen de la Caridad del Cobre al cuello, antes de que Timochenko llegue a Bogotá con la imagen de la Virgen de Chiquinquirá. 
*** 
La cita sobre la praxis leninista del totalitarismo, en mi artículo anterior, como se señaló en su correspondiente link, procede del análisis del personaje de T. Romanescu. Valga la precisión. 
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Si todo lo del túnel de La Línea estaba mal hecho, ¿por qué en cinco años no se dieron cuenta ni aplicaron oportunos correctivos? 

Crónica 961

¿Otra vez mi general borracho? Definitivamente tenemos un desgobernante digno de admiración: nombra los principales delincuentes “gestores d...