miércoles, 21 de agosto de 2013

Crónica 521

La piedra en el zapato

No he podido entender la posición de Colombia frente al litigio con Nicaragua, será porque cuando en la creación repartieron la diplomacia, allí yo no estaba.
Mientras Daniel Ortega ha recargado sus pilas actuando sin pérdida de tiempo ofreciendo concesiones para explotaciones petroleras en nuestro territorio; desestima la defensa ecológica de las Islas de San Andrés y Providencia; pretende extender su plataforma marítima hasta nuestras Islas para dejarlas aisladas como los cayos, en un enclave según el lenguaje jurídico y diplomático internacional; se arma a través de los Rusos con el apoyo de China, a quien se le adjudicó la construcción del canal, y por supuesto de Venezuela que pretende que La Haya nos quite la Guajira y parte de los Llanos; expide leyes para extender su soberanía en el Caribe, y ha consolidado alianzas con los países del Alba para obtener su respaldo, nosotros seguimos en consultas y obrando con “prudencia”, pasando de agache ante hechos incontrovertibles. A casi un año del fallo de la Haya no hemos podido parir una estrategia, nos falta Pitocin.
Nuestros otros vecinos deben estar de plácemes. El fallo de La Haya que tiene aparentemente inconsistencias y faltas de equidad, no dicho por nosotros sino por otros países, no ha sido objetado o siquiera comentado con alguna contundencia; la posible falta de competencia de la Corte para expedirlo se tiene ahí, en “estudio”, sin límite de tiempo ni acción alguna; la no declaración de impedimento de la juez China de la Corte apenas se comenta, pero nadie con contundencia la rechaza; no se ha buscado con celeridad el apoyo de países amigos. ¡Estamos perdiendo por W! No solamente está en juego el mar que ya perdimos, lo están las propias islas de San Andrés y Providencia y extensos territorios nacionales cuya pertenencia y límites se han definido por tratados que, con la nueva tesis jurídica de la Corte, podrían estar en claro entredicho. De eso ni nos hemos enterado.
La gran paradoja es que el pez chico se está comiendo al grande, el Ortega que considerábamos un simple fanfarrón inofensivo por su falta de capacidad diplomática o bélica, nos ha resultado feroz piraña digna de los anales de National Geografhic. El apoyo que ya tiene de Maduro lo engrandece y envalentona, como se han envalentonado ‘Timochenko’, ‘Márquez’, ‘Catatumbo’, ‘Santrich’ y la holandesa, en la mesa de la Habana, que concuerda con lo que a chavismo huela.
 Es increíble que Nicaragua tenga mejores litigantes que Colombia que dizque es un país de leyes donde los abogados abundan, desde excelentes, hasta simples tinterillos. No es posible que en casi un año no haya una propuesta razonable o válida, para que no nos enjalmen sin si siquiera taparnos los ojos con el poncho.
De lo que he leído, escuchado y discutido con actores de diferentes orillas del pensamiento, mi conclusión es que tenemos derecho al pataleo; ¡pero ya! sin temores a “contaminar” el embeleco de la Habana.

El Rincón de Dios


“…El reino de Cristo no es de este mundo, pero lleva a cumplimiento todo el bien que, gracias a Dios, existe en el hombre y en la historia. Si ponemos en práctica el amor a nuestro prójimo, según el mensaje evangélico, entonces dejamos espacio al señorío de Dios, y su reino se realiza en medio de nosotros. En cambio, si cada uno piensa sólo en sus propios intereses, el mundo no puede menos de ir hacia la ruina.”  Benedicto XVI

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