martes, 14 de febrero de 2012

Crónica 465


¿Y que esperaban, que se dejara apabullar?

Hay gran debate sobre por qué abandonó el país el ex comisionado de paz, Dr. Luis Carlos Restrepo. A raíz de una desmovilización de un frente de las Farc, donde hubo unos colados, se está hablando de montaje y lo acusan de concierto para delinquir (a un hombre que sacó de la guerra, el delito y el monte a 50.000 hombres que ahora estarían engrosando las filas terroristas y del narcotráfico) Lo acusan también de fabricar o portar uniformes privativos de las Fuerzas Armadas y otras cosas por el estilo, acusaciones aberrantes a un hombre probo, honesto, y que nos salvó de muchos sinsabores. Pero valen más los testimonios de los capos extraditados y los de las Farc.
Un gran pecado fue denunciar las actividades del marido de la Fiscal, como facilitador de paramilitares en Rialito, algo por lo que condenaron a otros personajes, sin comprobarlo siquiera, como a Mario Uribe, por ejemplo, mientras el pastor Lucio anda como Pedro por su casa y arreglando vaya a saber qué, en la cama de su amiga. Pero ella, no se da por entendida, falta a la ética de por lo menos declararse impedida a participar en este caso, donde ya dictaron oprobiosa medida de aseguramiento a Restrepo sin haberlo oído en juicio, como lo hicieron con Andrés Felipe Arias y otras personas de bien, dizque por ser un peligro. Asumamos que hayan delinquido, pero de ahí a que sean peligrosos para la sociedad, es un disparate peculiar.
Obviamente no me opongo que juzguen a quienes supuestamente hayan cometido delitos, y que si estos se comprueban, se castiguen. Cosa muy distinta es que se condenen a priori, por suposiciones, como en los casos de Arias Cabrales, el coronel Plazas y otros casos por el estilo, por errores cometidos de buena fe en sus cargos, o por el manido invento del autor mediático concebido por la izquierda recalcitrante.

Los reclamos de los transportadores

Independientemente de si se exagera o no en los procedimientos que se proponen, no me queda la menor duda que tienen toda la razón en sus reclamos. El precio del combustible supera al de los Estados Unidos y al de los países vecinos. No parece lógico ahora que producimos un millón de barriles diarios de petróleo. La mezcla de biocombustibles, sus subsidios, y otros factores que me haría largo enumerar, encarecen el mantenimiento y el costo final de operación; pero eso es lo de menos. El consumo se incrementa enormemente por el estado de las vías consecuencia de la pasada ola invernal y del atraso en infraestructura. Las demoras que diariamente ocurren en los trayectos viales impiden una operación eficiente, demoran entregas o recogidas oportunas de las mercancías. Eso no es gratis.
Voy a mencionar un solo ejemplo: La semana pasada debimos viajar a Villeta en automóvil y, como supuestamente era un viaje de cinco horas, salimos de Medellín a eso de las nueve de la mañana. Hicimos una parada en Doradal  para almorzar y llegamos al peaje de Honda-Guaduas alrededor de las dos de la tarde. ¡Oh sorpresa! Allí fuimos detenidos porque estaba cerrada la vía por reparaciones. No hay nadie quien informe y todos tenían un dato diferente sobre la hora probable de apertura. A eso de las cuatro, pasó una patrulla de carreteras que nos informó que darían paso a las diez de la noche.
Como tengo GPS en el auto, descubrí que había una carretera destapada que salía a metros de donde estaba, en realidad era una trocha, que me llevaría a Cambao.  Después de algunas averiguaciones sobre el estado de la vía tomé la decisión de viajar por esa ruta. Para resumir el cuento, llegamos a Villeta después de las ocho de la noche. Pero camiones y tractocamiones, no podían hacer esa gracia por el estado y especificaciones de la vía. Al regreso a Medellín salimos de madrugada y, de pura chiripa, pudimos pasar el trayecto en reparación como una hora después de llegar a la obra; pero nos impresionó que del otro lado habían represados varios kilómetros de vehículos esperando el paso de subida. Dan paso una hora a los que suben y una hora a los que bajan, de diez de la noche a diez de la mañana. Era evidente que más de la mitad de los vehículos no alcanzarían a subir antes de las diez de la mañana, les tocaría esperar hasta las diez de la noche. Obviamente un tractocamión no puede regresar a buscar una ruta alterna por la imposibilidad de cambiar de sentido por la estrechez de la vía. Para quienes logran enterarse a tiempo, deben hacer un recorrido alterno larguísimo (Ibagué-Girardot) para llegar a Bogotá. La vía Honda-Facatativá es uno de los accesos principales a la capital. El trasporte de Medellín, la Costa y viceversa, es toda una Odisea. ¿Seremos capaces de manejar el TLC?

El rincón de Dios

“Hoy hay quien vive como si nunca debiera morir o como si todo acabara con la muerte; algunos se comportan considerando que el hombre es el único artífice de su destino, como si Dios no existiera, llegando a negar, en ocasiones, que haya espacio para Él en nuestro mundo. Los grandes éxitos de la técnica y de la ciencia, que han mejorado notablemente las condiciones de vida de la humanidad, no ofrecen soluciones a las preguntas más profundas del espíritu humano. Sólo la apertura al misterio de Dios, que es Amor, puede saciar la sed de verdad y de felicidad de nuestro corazón, sólo la perspectiva de la eternidad puede dar auténtico valor a los acontecimientos históricos y sobre todo al misterio de la fragilidad humana, del sufrimiento y de la muerte. Al contemplar a María en la gloria celestial, comprendemos también que la tierra no es nuestra patria definitiva y que, si vivimos constantemente orientados hacia los bienes eternos, un día compartiremos su misma gloria…”  Benedicto XVI

1 comentario:

alvaron dijo...

Buenísimo y muy revelador el ejemplo del transporte querido Rafael, mirando en chiquito no llegaremos a ningún Pereira!

Crónica 941

¿Tumbar? Según el trino de Gustavo Petro en X donde afirma que está en peligro la democracia porque se pretende tumbar o matar al presidente...