jueves, 3 de noviembre de 2011

Crónica 457


Los derechos humanos

Lo que se vive con la condena a Colombia por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos es aberrante, va por cuenta de los contribuyentes la indemnización por unos muertos están vivos y otros que pasaron a mejor vida en circunstancias diferentes a las denunciadas, como lo comprobó la Fiscalía. ONG torcidas denunciaron 43 muertos en la masacre perpetrada por paramilitares y militares en Mapiripán, lo cual es una vergüenza; pero las investigaciones que han adelantado diversos organismos del Estado solo dan cuenta de 6, en lugar de 43. ¿Y quien maneja las denuncias? El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, que entre otras, utiliza descaradamente y en contra del parecer de su familia, que no comparte su ideología, el nombre de uno de sus socios, fallecido. Algo por el estilo sucede con Santo Domingo, donde las Farc aprovecharon un bombardeo militar para explotar un carro bomba que fue el verdadero causante de las muertes. Eso sí, los pilotos de la Fuerza aérea están en la cárcel injustamente, como el coronel Plazas Vega y los generales Uscátegui y Arias Cabrales. Minar el ejército y su moral es el objetivo. Al gobierno pareciera resbalarle.
No me explico donde está y para que sirve el tan famoso Consejo Superior de la Judicatura, que permanecerá con la reforma a la justicia a pesar del negativo concepto mayoritario de ciudadanos y del gobierno. Me parece entender que tiene dentro de sus funciones sancionar los juristas que se desempeñen inescrupulosamente, como pienso que en varias ocasiones lo ha hecho el Colectivo. Presumo que persigue jurídicamente miembros del ejército buscando declaraciones amañadas para lograr su condena. Han logrado absoluciones o liberaciones absurdas de terroristas como los del IRA, que vinieron a entrenar a las Farc en explosivos. Se de otros procesos donde se acusan personas honestas, denunciadas por guerrilleros activos de las Farc, y donde aparecen declaraciones de quien los secuestró, como un secuestrador humanitario que hay ahí, que hoy funge de evaluador y defensor de la moral.
No lo digo yo, estas son afirmaciones de la prensa y de Periodistas sin Fronteras:
“La señora Contreras explicó cómo fue engañada. Dijo que “los abogados del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo se aprovecharon de su ignorancia”. (El Espectador, 28 de octubre de 2011). Según ese diario, el colectivo le ocultó datos esenciales: “Yo no sabía nada de una demanda por una indemnización, yo creía que ellos buscaban a la gente, y eso era lo único que yo quería en ese momento”. “Yo nunca dije que mis hijos estuvieran muertos, yo les dije que estaban desaparecidos”, agregó. Ella afirma que dijo lo mismo a la Fiscalía pero que ésta la desoyó.”
 “En la audiencia del pasado lunes ante la Fiscalía en Bogotá, Mariela Contreras dijo que alguien en 1997 la había convencido de hacerse pasar por víctima de Mapiripán, a pesar de que ella vivía en otro lugar, en el corregimiento de Juan Rey, y de que su marido había sido asesinado por la guerrilla antes de esa masacre. Sus hijos tampoco habían “desaparecido”. Hugo Fernando y Hugo Armando, están vivos. El primero huyó de la guerrilla en 2008, y el segundo fue miembro de las Farc entre 1995 y 2008. La señora recibió 1.751 millones de pesos por decir esas mentiras. Según ella, alguien la llevó al Colectivo de abogados, allí habló con “un doctor Jaime”. Meses después la llevaron a declarar ante la CIDH. La Fiscal General aseguró que “nueve personas reportadas como muertas en Mapiripán están con vida o murieron en otras circunstancias”.” No veo en estos casos cuales o donde están los derechos humanos que reclaman.

Las elecciones del domingo

Hay cosas que van quedando claras: Medellín votó como debía, los candidatos de la U para gobernación y alcaldía eran excelentes, como lo eran Fajardo y Gaviria; pero a la hora de la verdad, elegimos los segundos. No queríamos una nueva alcaldía de Luis XV, asesorado por alguien que, como él, cree que la ética es para filósofos. Tampoco queríamos a Álvaro Vásquez, que aunque no lo conozco, he oído comentarios tenebrosos que me hicieron dudar de su transparencia.
En Bogotá salió elegido Gustavo Petro, no me gustan sus antecedentes y mucho menos su amistad hipócrita con el nuevo mejor amigo del Dr. Santos, el ‘Chavo’ de al lado. Para mi, faltó grandeza de candidatos sin esperanza como Galán y Luna, aspirantes con méritos a la alcaldía de Bogotá, pero aún lejanos de los favores electorales. Prefirieron quemar a Peñalosa que había transformado la capital, para saciar su propio ego. Su persistencia favoreció a Petro. Gina Parody llegó demasiado tarde con su alianza con Mockus, otro favor que le hicieron a Petro. Pero las ciudades se merecen sus desastres si no ejercen un voto útil, como el que Bogotá necesitaba, a no ser que estuviesen convencidos de las ejecutorias de Polo con Lucho, que le faltó perrenque y Moreno que le sobró ambición y le faltó autoridad. ¿Serán masoquistas?
Ojalá a Petro no le de por implantar en la capital el socialismo del siglo veintiuno. Con su inteligencia es más peligroso que muletas con rodachinas. Pero hay que darle el beneficio de la duda y esperar que rescate la ciudad del caos en que está, y si lo hace, rezar para que no le sirva de trampolín para la Presidencia. Al menos yo para esa época no tendré problemas, seguramente andaré chupando gladiolo.

El rincón de Dios

“Al final de nuestras vidas, no seremos juzgados por cuántos diplomas hemos recibido, cuánto dinero hemos conseguido o cuántas cosas grandes hemos hecho. Seremos juzgados por ‘Yo tuve hambre y me diste de comer’. ‘Estuve desnudo y me vestiste’. ‘No tenía casa y me diste posada’.”  Madre Teresa de Calcuta

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