lunes, 18 de julio de 2011

Crónica 446

Calificación de inversión en Colombia
La economía de Colombia atraviesa por un buen momento, el crecimiento del primer trimestre hace pensar a economistas moderados en un crecimiento anual del 6%, lo cual no es despreciable. Llevamos varios Ministros de Hacienda que han hecho y están haciendo bien la tarea. El crecimiento inusitado del sector minero, pese a algunos efectos colaterales en el medio ambiente, especialmente por el desorden de la minería ilegal que no puede controlarse de la noche a la mañana, y una que otra concesión que deberían revisarse, es de gran aliento para nuestra economía.
A esto se suma que tres de las más grandes y respetadas compañías evaluadoras del riesgo de inversión le han dado al país una calificación que muchos países envidiarían. Y permítaseme decirlo, mucho de esto se debe a que la gestión sobre protección a los inversionistas y esquemas de seguridad, no solo jurídica, sino material, fue uno de los desvelos primordiales del anterior gobierno, así un sector desagradecido quiera desvirtuarlo.
Es entonces necesario seguir por el buen camino en ese sentido para evitar que internacionalmente vuelva a deteriorase nuestra imagen, porque el capital extranjero es muy sensible a desajustes de seguridad y garantías y, si se pierde la credibilidad, recuperarla es difícil. Ya The Economist, que querámoslo o no es una referencia muy consultada por futuros inversores, ha empezado a hablar de temor de que el deterioro en la seguridad en Colombia crezca, lo que atribuye en parte a la desmoralización de las Fuerzas Armadas por los fallos y sentencias de los jueces, en contravía del debido proceso, algo en que no me extiendo pues ya, con mis cantaletas sobre este asunto, tengo fatigados a mis lectores.
La reforma a la justicia
Es pensar con el deseo, la justicia no se reformará sustancialmente como se requiere, y no lo será, porque las Cortes no lo quieren y, con los poderes que les dio el Código Siniestro, con que un ex Magistrado amigo mío bautizó la Constitución del 91, es un imposible jurídico. Si lo aprueba el Congreso, lo ataja la Corte Constitucional, que más de una vez se ha arrogado poderes legislativos y lo seguirá haciendo porque nuestro país vive, y seguirá viviendo, en la dictadura de los jueces.
Las próximas elecciones
Se acercan las elecciones de gobernadores y alcaldes. No dudo de la democracia; pero me parece que la elección popular de alcaldes fue instituida en su momento de manera precipitada. Debe ser popular, de eso no me cabe duda, pero la de alcaldes debió haberse modulado de acuerdo con el número de habitantes para concientizar la población y evitar lo que en muchos municipios ha sucedido, el imperio de los gamonales políticos y los grupos ilegales, que manejan las elecciones a su antojo con fines tenebrosos. Pero en fin, esos son los gajes de la democracia y de nuestra famosa Constitución del 91 que tanto celebran estos días.
Hay una rebatiña que da pereza ir a las urnas, cientos de candidatos avalados por partidos de garaje que deben recurrir a alianzas de todo tipo, otros, seriamente cuestionados por sus antecedentes. Los hay también buenos por supuesto, y debemos cumplir con nuestro deber democrático para evitar que se imponga el voto de aquellos, que en lugar de leer los periódicos, los utilizan para su higiene.
El rincón de Dios
“Me propongo demandar a la revista "Fortune", pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta, y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, sí, el sultán de Brunei, aparecen también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori. Figuran ahí también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros Niarkos. y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga.
Sin embargo a mí no me menciona la revista. Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico. Y si no, vean ustedes: Tengo vida, que recibí no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo. Tengo una familia: esposa adorable que al entregarme su vida me dio lo mejor de la mía; hijos maravillosos de quienes no he recibido sino felicidad; nietos con los cuales ejerzo una nueva y gozosa paternidad. Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos. Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos.
Tengo cuatro lectores a los que cada día les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal. Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa). Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrían acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraíso.
Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra. Tengo ojos que ven y oídos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habían ocurrido ya, pero que a mí no se me habían ocurrido nunca.
Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrías para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren. Y tengo fe en Dios que guarda para mí su infinito amor.
¿Puede haber mayores riquezas que las mías? ¿Por qué, entonces, no me puso la revista "Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta?"
Catón

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