lunes, 8 de abril de 2024

Crónica 940

Las matemáticas no son una opinión

Siempre lo sostengo, no entiendo la cantaleta de Petro de haber ganado las elecciones con once millones y pico de votos y que debe respetarse el mandato “del pueblo”. Dejo de lado las dudas sobre la presión de grupos armados para votar por el “ganador” y otras patrañas de las pasadas elecciones presidenciales.

La actitud de muchos de sus votantes ha cambiado por razones que todos conocemos. Van revelándose en las encuestas pese a los esfuerzos que hace el gobierno para favorecer al Iluminado. Las más favorables muestran que el 61,9% de los colombianos consideran que el gobierno es pésimo o malo; el 62,2% creen que estamos empeorando, y el 39,1% considera que el 2024 será peor que el 2023, como dice el refrán, para atrás como el cangrejo. 

No me cabe la menor duda de que el Pacto Histórico es fiel al déspota en buena proporción; pero es un hecho que la mayoría de los votantes lo hicieron basados en las promesas de “el cambio”, que se ha dado, pero en reversa. Supongamos que los fieles llegan, por copas, al 60%, esto es que, “el pueblo” que tiene en la mano, basados en las elecciones, es solo de 6,6 millones contra los 30,5 millones que también son pueblo, pero del otro lado, que dicen que el actual gobierno está entre pésimo y malo, el “mandato” es contrario a sus propósitos.

El Congreso ha hecho todo lo que está en su alcance para corregir las reformas, pero la arrogancia y pretensión de Petro no ha permitido el cambio de sus proyectos originales pese a la seriedad de las sugerencias de reconocidos expertos. Por eso se le están hundiendo a pesar del raudal de mermelada que dicen se reparte.

A las fieras heridas hay que temerles, y quien nos desgobierna está profundamente herido, reacciona como las fieras, ataca, pretende pasarse por la faja la ley y la Constitución, alienta a los grupos ilegales, narcos y traquetos de todos los pelambres, crea guardias cimarronas y de otras greñas, allí hay votos y dineros nauseabundos y los disfraza con el atractivo mote de “la paz total” y, de ellos, espera el apoyo a las “asambleas municipales” en cuatrocientos municipios donde hacen lo que les viene en gana y a la población dominan, para sacar adelante su “proyecto constitucional” estilo Chávez y Maduro, para perpetuarse en el poder.

¿Admitiremos la destrucción del sistema de salud, Ecopetrol, la Federación de Cafeteros, el robo de los ahorros de las pensiones, el deterioro de la economía, la empresa privada, la desmoralización de las Fuerzas Armadas, la imposición a la dependencia del Estado, subsidios destructores del trabajo y otros, al estilo Cuba, Venezuela y Nicaragua? 

No todo está perdido, unámonos o nos crucifican y no habrá resurrección.

El Rincón de Dios

“Pero los que esperan en el Señor renovarán su fuerza; se elevarán sobre alas como águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se desmayarán. Isaías 40:31

1 comentario:

Jose Castro Lozano dijo...

Ese es justamente el mayor temor. Que al ver su evidente desfavorabilidad se le de por quedarse en el poder a como de lugar. Y entonces tendremos a un segundo Chávez o Maduro en Colombia.

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