martes, 18 de febrero de 2020

Crónica 795

Retorno

Después de cuatro meses de ausencia, retomo mis columnas desde mi patria, la cual, a mi regreso, encuentro más enredada que bulto de anzuelos. 
Bogotá con Claudia no es extraño, sus habitantes, sin sentido de pertenencia una buena parte, no han podido dominar la ideología de algunos de sus alcaldes, entre otras cosas, porque es más cómodo salir de paseo a Anapoima, Mesa de Yeguas, Girardot o Melgar, que quedarse un fin de semana en la capital en el aburrido tema de salir a votar. Pero que en Medellín haya triunfado “pinturita”, después de una racha de buenos alcaldes los últimos veinte años, es una sorpresa de raca mandaca.
Pese a que creíamos que Petro estaba totalmente desprestigiado, encuentro que ha logrado incitar paro tras paro, que de eso nada tienen, han sido invasiones de vándalos cuidadosamente entrenados y, que obviamente no trabajan gratis, destruyendo los bienes públicos y privados; pero como el ESMAD es tan “peligroso”, tienen el respaldo oculto de alcaldes cuya ideología concuerda con la del personaje que los inspira.
Encuentro también que las conversaciones del buenazo de Duque son casi estériles, lo cual es lógico, de trece propuestas prácticamente inadmisibles que tenían los “directores del paro” que representan una parte ínfima de los cincuenta millones de colombianos, pasaron a ciento cuatro peor de absurdas. Pero como tampoco la queridura es gratis, tienen programadas otra serie de protestas bien definidas en fechas emblemáticas. Allí, no para la cosa, el ELN que hace parte del tinglado, donde están también metidas las Farc, aprovecha el caos para respaldar traviesos, decretando paros armados.
No dejan tranquilo al presidente montar su familia en el avión presidencial, como toca en cualquier país del mundo, y olvidan el uso que de este aparato hizo el señor Santos cuando llevó amigos y lagartos a Europa; le compró otro avión a Tutina para que pudiese tomar el te con sus amigas y lagartas donde quisiera; los helicópteros de la base de Tolemaida le llevaban a su hijo, el “soldado” Martín, con sus amigos, a su finca de Anapoima y, para que no se diga, acondicionó un 767 de la FAC, que costó una millonada, para llevar a Noruega sus áulicos para recibir el Nobel. 
El presidente Duque no tiene prensa, Santos la corrompió con mermelada, y, como se las quitó, le pasa la factura a ver si se cae o da el brazo a torcer. Debería copiar a Trump, que tampoco la tiene, pero con el uso de las redes sociales, su determinación de sacar de circulación un terrorista con un dron y seguir construyendo el muro contra la mayoría del congreso, que al gringo del medio gusta, podría ganar la reelección. 

El Rincón de Dios

“Si una mente no es capaz de imaginar una cuarta dimensión, ¿cómo va a imaginarse a Dios?” Albert Einsten.

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