martes, 22 de mayo de 2018

Crónica 719

Lo que en Colombia no queremos

Sigo sin entender por qué tantos se resisten a mirar los espejos de Venezuela y Cuba que sería nuestro destino con Petro en el poder. 
Vale la pena mirar algunos ejemplos:
Durante los cinco años del gobierno de Maduro se han retirado de Venezuela ocho compañías transnacionales: Bebidas de las Américas fabricante de la cerveza Brahma, Wonder de Venezuela, Clorox, Kimberly Clark, General Mills, Bridgestone Firestone, General Motors y Alimentos Kellogg's debido a la escasez de materia prima, falta de acceso a divisas, leyes normativas que obstaculizan la actividad económica y las pérdidas ocasionadas por el ilógico control de precios. Los activos de tres de estas compañías fueron confiscados por el gobierno al cierre de sus operaciones.
Chávez incautó muchas más, entre otras la filial de Cementos Argos; los efectos de la reforma agraria y expropiación de tierras fueron desastrosos y, los subsidios, un fracaso cuando desapareció la bonanza petrolera.
Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, está a punto de convertirse en importador neto de combustibles. Es lo que Petro pregona, solo que Maduro no ha logrado reemplazarlo por aguacates y paneles solares.
La inflación venezolana entre el 15 de abril y el 15 de mayo fue del 98,17%, las alzas más visibles fueron: alimentos el 102.86%, restaurantes 101,18%, recreación 66,56%, productos de higiene 143,51%, transporte 84% y servicios 5,2%. Para este período el consumo promedio de 61 bienes y servicios de una familia integrada por tres personas tuvo un costo de 89´037.768,63 bolívares. Sí, como suena, ochenta y nueve millones de bolívares.
El éxodo de venezolanos, solo a Colombia por los escases de alimentos y medicinas, ya pasa del millón. 
Acá en Miami, estuve en una reunión donde conversé ligeramente con una exilada cubana. Nació, creció y contrajo matrimonio en Cuba de donde logró salir gracias a que, por una razón que no caí en cuenta de preguntar, tenía también ciudadanía española.
De pequeña, le tocó asistir a la escuela siendo “Propiedad del Estado”. Como parte de la formación académica cada año, en su adolescencia, era trasladada durante tres meses con sus compañeros de estudio al campo donde debían trabajar como obreros para la producción de hortalizas. Los alojaban en una casucha donde todo era compartido, las condiciones infrahumanas: levantada a las cinco de la mañana, baño en agua helada, cambio de ropa solo cuando, ocasionalmente, podían visitarlos sus padres. Si no cumplían este requisito no podían acceder a otro nivel educativo.
Más tarde contrajo matrimonio y, en un corto viaje que realizaron, al llegar a su casa encontraron que había sido expropiada y ocupada por una funcionaria del régimen. Fue allí donde tomaron la decisión de abandonar Cuba, lamentablemente dejando sus padres enfermos en la isla.
Cuenta como fue decayendo aceleradamente la producción agrícola, los negativos efectos de sucesivas reformas agrarias que acabaron con la propiedad privada, causantes del fracaso. ¿No es lo que busca Petro con la “compra” del Ingenio del Cauca? 
Colombia este domingo solo tiene dos opciones: o votamos por la democracia o por el socialismo del siglo XXI. Por ejemplo, votar por un candidato como Fajardo, sin expectativa de triunfo, es botar el voto.  

El rincón de Dios

“Para el logro del triunfo ha sido indispensable haber pasado por la senda de los sacrificios.”
Nota.- Esta columna no aparecerá en las próximas tres semanas y mi correo solo será revisado del 27 al 30 de mayo. Luego, tendré conexión limitada de internet.

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