¿Cuál pos?
Después del inventario de bienes
entregado por las Farc que ha sido tan comentado que toda acotación sobra, nos
queda el sabor amargo del cinismo, el engaño, la burla y la desfachatez. Si no hubiesen
incluido traperas, ollas, cirugías y trochas, muchos habrían creído lo demás.
Insólito que a quienes con creces les ha cumplido este gobierno entreguista
salgan con tamaña mamada de gallo. ¿Estamos en el posconflicto, posacuerdo o
posengaño?
Para que se pueda creer en la voluntad
de paz se necesita seriedad, la verdad, respetar mutuamente los acuerdos,
abandonar la prepotencia y la insolencia, contrario a lo que sucede.
Se están trapeando las víctimas,
alimentando el rencor y potenciando la dicotomía. ¿Así y de esa calidad fue la
entrega de armas que se hizo a espaldas de la ciudadanía y los medios? ¿Se
puede creer a una misión compuesta mayoritariamente por integrantes de la Celac
que la ONU alcahueteó para verificarlas?
¿en las zonas transitorias que se volvieron permanentes para darle a las
Farc control territorial? ¿la entrega de niños en poder del Instituto Fariano
de Bienestar Familiar? ¿el equilibrio democrático cuando a su partido se le
asignan 39.800 millones de pesos, circunscripciones electorales de bolsillo, 31
emisoras y 10 curules gratis, prebendas a que ningún otro partido tiene acceso?
El caso de los narcocultivos es otro
triste ejemplo ¿han entregado alguna ruta? o ¿aceptado fumigarlos? Me dicen fuentes de alta
fidelidad que el 96% de la coca que se exporta a los Estados Unidos proviene de
las Farc y que la gran mayoría de las Bacrim como el Clan Usuga, el del Golfo, las
Águilas Negras, Los Urabeños, Los Rastrojos y otras que supuestamente eran
disidencias de grupos paramilitares desmovilizados, hoy operan como franquicias
de las Farc. Para empezar a creer es necesario que cumplan, que desmonten las
franquicias, entreguen las rutas y los cultivos.
Si quieren que les creamos, “Timochenko”,
“Alape”, “Márquez”, “Santrich” y “Gómez” entre otros, deberían empezar por
utilizar sus nombres de pila en lugar de sus alias de guerra cuyos documentos
de identidad obviamente no existen, así al menos podrían llamarse ciudadanos
por los ingenuos y ganarían algo de
confianza, que hasta con los enmermelados están perdiendo.
A la JEP, me he referido varias veces,
una justicia revanchista a la medida de la Fuerza Alternativa Revolucionaria de
Colombia, el nuevo partido que conserva las siglas de su nombre de guerra,
Farc. Un buen análisis de este álgido tema los pueden ver en la columna de José
Alvear que encontrarán en este enlace: http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/16315-la-justicia-es-la-revancha.
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La investigación “sin contemplaciones”
a que en su columna del domingo se refiere Alfonso Monsalve, sobre “los episodios de corrupción por los que
indagan a los exmagistrados y expresidentes de la Corte Suprema de Justicia,
Bustos (para quien la justicia no puede ser un obstáculo para la paz), Ricaurte
y Tarquino (el que dijo que había que condenar a los ministros uribistas por
conveniencia política)” serán inocuos, deben pasar por la Comisión de
Acusaciones del congreso que ha engavetado unas 3.600 investigaciones y solo ha
condenado a un Magistrado que le estorbaba al gobierno para la entrega del país
a un grupo de refinados delincuentes.
El
Rincón de Dios
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“Estoy de
acuerdo con Dante, que los lugares más calientes del infierno están reservados
para aquellos que en un período de crisis moral mantienen su neutralidad.” Martin Luther King
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