miércoles, 25 de enero de 2017

Crónica 664

Cavilando

Trump: No he podido saber si me gusta o no, si será un peligro, si su ideas son sensatas; pero una cosa es clara, si ha construido un imperio no es bruto.
Partiendo de esa base me cae bien la intención del Secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, de revisar los acuerdos con las Farc antes de definir la ayuda a Colombia y la del general Kelly, Secretario de Seguridad Nacional, de revisar la política sobre drogas ilícitas y el terrorismo. Puede ser luz al otro lado del túnel. ¿Aparece el Chapulín Colorado?
Temas gruesos: Aunque se que me jalarán las orejas, el fondo de las discrepancias con el contenido del nuevo acuerdo con las Farc (NAF) no son la impunidad y la elegibilidad, que reconozco son un exabrupto. Los de fondo a mi parecer son:
La Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación (CSIVI) órgano de cogobierno al que se entregan la soberanía y las facultades del Congreso y del presidente.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que fuera de nuestra institucionalidad perdonará crímenes de lesa humanidad ejercerá venganza, como las Farc han dejado claro en las redes y en Anncol, contra quienes de ellos discrepen.
La ley habilitante que inviste de dictador a Juan Manuel Santos.
Y las guardias campesinas y sus ramales que constituirán la Gestapo colombiana, que según parece dependerá del General Naranjo en la Vicepresidencia. En el buen sentido leninista, irá contra quienes discrepen del socialismo del siglo XXI que nos será impuesto.
Detrás hay otras changuitas que la mayoría desconoce y el gobierno oculta:
La reforma electoral orientada a asegurar el acceso al poder de las Farc y aniquilar la oposición. Permitirá la proliferación de partidos de garaje de izquierda, financiados por el Estado, para asegurar curules en el congreso, consejos y asambleas y alcaldías en las votaciones de las circunscripciones especiales donde los partidos que hoy tienen representación en el Congreso no podrán participar.
El cambio de los fierros que a los verificadores de la ONU vayan “dejando”, la palabra entregar está vetada, de las que se desconocerán sus números de serie para impedir su trazabilidad. Estas será sustituidas por las que el gobierno facilite a los escoltas de seguridad de los reinsertados y, las que más tarde, reemplacen los machetes de la guardia campesina como ahora sucede en el espejo que nos negamos a ver: Venezuela.
La verificación en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) que estará a cargo en buena parte de la delegación que, por exigencia de las Farc y anuencia del gobierno, la ONU entregó a la CELAC, organismo inspirado por Hugo Chávez. En su integración hay doce militares cubanos, treinta bolivianos, setenta chilenos y otros argentinos, brasileros, paraguayos, uruguayos y centroamericanos cuyo jefe, según entiendo, es un salvadoreño. Al menos a los que nos llaman mal pensados, no nos parece dos camaradas de los reinsertados que habrá en cada ZVTN sean plena garantía de neutralidad.
La permanencia de menores y de secuestrados en manos de las Farc o, de los que no dan razón alguna.
Súmense otras prebendas que nacen del acuerdo: la entrega de diez millones de hectáreas, la construcción de carreteras terciarias, escuelas, programas de vivienda, que estarán bajo su tutela. Las veintiún emisoras, un canal de TV y un periódico.  La obligación de consultar con las comunidades la erradicación de los cultivos ilícitos. Argumentos a favor de sus campañas.
¿Alguna duda de adonde vamos?

El Rincón de Dios


         “Cuando se suprime la justicia, ¿qué son los reinos sino grandes bandas de ladrones?". San Agustín

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