Cartas marcadas
A Juan Manuel Santos poco le ha servido repartir el naipe con las
cartas marcadas, se le acabó la mermelada, se le fugaron las mayorías del
congreso y la gente empezó a entender que la entrega del país no era solo el pensamiento
de quienes nos han tachado de enemigos de la paz.
Por eso se cayó la
reforma política, las circunscripciones electorales en las que las Farc eran
las víctimas, y se quedó entre el tintero para las sesiones ordinarias del
congreso buena parte de las pilatunas que implementan el bodrio de La Habana.
Por igual dimitió, o
renunciaron a Juan Camilo Restrepo, por no aguantar las presiones indebidas del
gobierno para que aflojara los tornillos al Eln, con visitas a Quito de Samper,
Leiva, Cepeda y otros, carta que Juan
Manuel Santos necesita con urgencia para confundir ingenuos que apoyen el
gobierno de transición que abriría las puertas a don Timo. Se suma la renuncia
del general Eduardo Herrera Berbel
que, como asesor de Sergio Jaramillo era bastante blandengue, pero también tiró
la toalla.
Tampoco es gratis la
renuncia de un grupo de generales que le sacaron el cuerpo al monito Mejía
designado como comandante general de las Fuerzas Armadas, cachaquito flojo,
introductor de reformas que emasculan nuestras fuerzas militares a las que
hasta ahora la mayoría de la ciudadanía amaba y respetaba y, ahora, hacen de
simples policías o asesores en países extranjeros, dejando tranquilas las
“disidencias” que se encargan del negocio que a las Farc le da el billete.
Sin embargo no pararán
ahí las cosas, Juan Manuel le está dando
vueltas en su mente sagaz y torcida a como lograr que jueces o cortes de
bolsillo le ayudaren a pasarse por la galleta la decisión soberana del
congreso, o si le queda otro as escondido en la manga, o si se la tiene que
robar como hizo con el plebiscito y la reelección. ¡Agallas no le faltan! Todo lo
retorcido que se ha imaginado lo ha logrado “por el bien supremo de la paz” que
una parte de Colombia se traga, como si en lugar de sapos, fuesen deliciosas
ancas de rana.
Pero como decía el Dr. Darío Echandía “la gente no es pendeja” y
poco a poco ha venido despertando. Y lo hace porque el fracaso de la economía
es inocultable, el cinismo de los jefes de La Farc, obviamente cómodos haciendo
lo que les viene en gana y abusando creyéndose jefes, no de guerrilleros, sino
de ciudadanos que ellos consideran de segunda, mientras van pelando el cobre.
También la gente oye
noticias y observa como todos los de la misma calaña de don Timo: Raúl Castro, Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Evo
Morales, Salvador Ceren y el ex Rafael
Correa, se atornillan al poder o nombran sucesores a su amaño para mantener
en marcha un comunismo disfrazado de socialismo, como diría Popeye el sicario
de don Pablo, que oyó las intenciones de sus homónimos en la cárcel.
El Rincón de Dios
“No
es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título, mucho menos el dinero,
lo que convierte una persona en grande, es su honestidad, su decencia, su
humildad, su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los
demás.” Santa Teresa de Calcuta
Deseo a
todos mis lectores que han tenido la infinita paciencia de aguantar mi cháchara
durante este período difícil.