domingo, 23 de octubre de 2016

Crónica 654

Honrar el Nobel

“(…) hemos llegado a un punto en que se impone la cesación de la lucha. El Gobierno es impotente para debelar la revolución, pero la revolución es impotente para derribar al Gobierno. Hace muchos meses que la campaña está limitada a un infructuoso tejer y destejer de operaciones, y a un tomar y dejar territorios, que a nada conduce: El sistema de guerrillas, de que siempre he sido enemigo, sirve para extender el área de destrucción, mas no para resolver el problema militar, lo cual está reservado a las batallas libradas entre ejércitos. No pudiendo ahora formarlos, envainemos los aceros para que el pueblo no diga que los contendores son cuadrillas de locos, igualmente ominosas ambas banderas, funestos sus caudillos, infernales sus armas. Arrastraremos las simpatías y el aplauso universal si nos mostramos más sensibles que nuestros adversarios a la ley de compasión por la masa neutral y pasiva, menos tercos ante los sacrificios de amor propio, más cuidadosos de la opinión extranjera.” Rafael Uribe Uribe en su Manifiesto de Paz
Este párrafo del General resume la manera civilizada de terminar una guerra. La guerra de los mil días que si era guerra entre ejércitos, no un conflicto interno, pudo terminarse sin aspiraciones de prebendas no merecidas, participando en las urnas en desventaja sin regalo de curules, defendiendo las ideas en los foros democráticos. Lo traigo a colación porque cobra vigencia en estos momentos difíciles que afronta nuestra democracia.
 En mis escritos recientes he llamado a la concordia, hoy llamo al respeto de la decisiones soberanas del constituyente primario que es el pueblo. Ese pueblo que no está en contra de la paz, pero no comparte que cuarenta y siete millones de colombianos capitulemos ante cinco mil ochocientos guerrilleros que se concentrarían en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización a los cuales se les darían prebendas políticas que ningún partido del mundo tiene, ventajas otorgadas a espaldas de la patria para satisfacer el ego de un Nobel de la Paz.
 Ya Santos tiene su premio aunque no contaba con perder un plebiscito armado para ganarlo a toda costa: acomodando umbrales, repartiendo promesas a diestra y siniestra, con una publicidad acomodada, engaños y amenazas, apabullando la oposición, con toda la maquinaria a su favor y las encuestas respaldándolo. Pero perdió con póquer de ases.
Es el momento de mostrar su gallardía en lugar de fabricar tras bambalinas marchas, declaraciones, documentos empresariales, y buscar con rábulas nacionales y extranjeros la manera de hacer conejo a una decisión soberana.
 Aceptemos que ganó el premio por su esfuerzo en busca de la paz, no puede en este momento obrar distinto a honrarlo permitiendo el Acuerdo Nacional que se le ha solicitado, oyendo al país entero todo ansioso de paz, revisando los entuertos del proceso y encaminado una solución civilizada y conveniente. En este país cabemos todos.
    En aras a llegar a un acuerdo sin importar si este murió o no con el plebiscito, rescatemos lo rescatable, aceptemos algunos aspectos que si se hubiesen respetado las líneas rojas no se habrían negociado jamás. De lo contrario, nuestra democracia estará condenada a un entierro de tercera.

El rincón de Dios


“Hoy los invito a que se decidan por Dios pues el distanciamiento es la falta de  fruto de paz en sus corazones. Solo Dios es la paz: por eso acérquese a Él por medio de su oración personal y vivan entonces la paz en sus corazones. De esa manera la paz brotará de sus corazones hacia todo el mundo. ¡No hablen de paz sino que hagan la paz! Yo los bendigo a cada uno de ustedes y cada una de sus buenas decisiones.” Mensaje de María Reina de la Paz en Medjugorje.

lunes, 10 de octubre de 2016

Crónica 653

Invitación a la concordia

“Ojalá que Santos advierta que no puede ignorar la voluntad de sus compatriotas expresada en las urnas. Recibió el Nobel de la Paz, no un permiso para hacer lo que le dé la gana.” Carlos Alberto Montaner
Felicito a Santos por el Nobel, trabajó más por el que por la paz, a eso se debieron los afanes de los últimos meses en La Habana. Sin duda en Oslo estaba todo definido días antes de la debacle del plebiscito que jamás esperó. Comparto la teoría de mi amigo José Alvear, faltones los noruegos que dejaron por fuera a ‘Timochenko’.
Creo que hemos sido respetuosos los que apoyamos el NO: en nuestras columnas, intervenciones en foros y tertulias, en Twitter y Facebook. Nos basamos primero en las exigencias de las Farc, luego en los borradores de los acuerdos, después en el Acuerdo Final. Lo hemos hecho en conciencia, buscando el respeto a nuestras instituciones y a la democracia.
Vuelvo y confieso, no abrigaba la esperanza en el triunfo, era una lucha desigual y despiadada contra lo que me de la gana; pero si ganamos así es la democracia, se gana o se pierde y eso nos da el derecho a ser escuchados, no a buscar revancha o alentar el conflicto. Con todo respeto a los del Si, en Colombia la guerra no existe desde la de los mil días, pero no voy a encender polémicas con el término.
He estado atento a debates, discursos y redes sociales, la sindéresis me obliga a mirar las dos caras de la moneda. Curiosamente han sido más radicales quienes nos tachaban de guerreristas. Para muestra un botón de trinos que por su desfachatez soy incapaz de reproducir, les dejo el enlace a quienes deseen enterarse de las reacciones:     https://twitter.com/search?q=nos%20llaman%20guerreristas&src=typd
Me extraña que periodistas, que aun sin compartir sus puntos de vista había considerado equilibrados, resulten con trinos como el “Me da vergüenza de ser colombiana” de María Jimena Duzan. Si hubiese ganado el Sí lo sentiría por Colombia, pero jamás me avergonzaría de mi cuna, podría avergonzarme de gobernantes, congresistas o magistrados, que es otra cosa.
Si perdieron el plebiscito debe quedar claro una cosa: el Acuerdo simplemente no existe, diferente es que se rescaten muchos de los asuntos negociados para un nuevo acuerdo, es lo que entiendo que se está proponiendo. También debe quedar claro que, independiente del liderazgo que haya podido ejercer el Centro Democrático, hay otros sectores y personas que votaron NO sin pertenecer al mismo, luego no son las propuestas de Álvaro Uribe las únicas, hay que ensamblarlas con las de los demás votantes por el No y consensuarlas con las de los que votaron por el Si y las Farc. De manera Senador Benedetti que no es cierto que x punto ya esté negociado, no hay uno solo que esté vigente, el pueblo soberano no apoyó lo negociado en La Habana.
   Por eso en esta nota hago un llamado a la concordia, al respeto a las decisiones de la democracia, a despojarnos del veneno, la injuria y las calificaciones desobligantes que en lugar de acercarnos nos alejan. Miremos positivamente las propuestas que se presenten, pulámoslas, hagámoslas viables con generosidad e imaginación y lleguemos a la paz que todos queremos, exenta de claudicaciones.
El Nobel de la paz ahora tendrá que merecerlo logrando una paz justa sin tratar de acorralarnos.

El rincón de Dios

Nunca te des por vencido: Después de la lluvia, un arco iris… Después de la tempestad, la calma… Después del final, un nuevo comienzo…

A veces Dios no evita el problema sino que nos ayuda a pasar por el para salir victoriosos.

martes, 4 de octubre de 2016

Crónica 652

Ganó así no

La mejor definición del triunfo en el plebiscito me la envió mi hija desde Miami: no ganó el no, ganó el así no. ¡Este es el mensaje!
Dejamos claro, votamos por creer que el Acuerdo Final debe ser reorientado. Este voto fue contra la refrendación del mismo; de la ley habilitante; de la limitación de las facultades del congreso; de las reformas exprés. Jamás en contra de la paz que todos anhelamos.
Buscamos un pacto nacional entre todos los colombianos sin importar su ideología o tendencias, las que no solo respetamos, son necesarias en un país diverso.
No pretendemos que se anulen los acuerdos, en ellos hay mucho rescatable; con pequeños ajustes algunos puntos pueden mejorarse, habrá otros que requieren un cambio más profundo para respetar la institucionalidad y los mecanismos para modificar nuestra Carta Magna y no delegar nuestra soberanía a la CSVR.
Trabajaremos en lo que nos corresponda para aportar ideas sensatas, viables, y sostenibles. Renunciamos al uso del espejo retrovisor.
Pretendemos acabar con la polarización del país en búsqueda de la conciliación y la concordia.
 Aspiramos a que el gobierno acoja a la oposición respetando la decisión del pueblo que ha abierto los ojos a quienes no se tomaron el trabajo de leer las 297 páginas que el abogado comunista español, Enrique Santiago, pretendió imponernos como la nueva Constitución de nuestro país.  
Felicitamos a Juan Manuel Santos, sus publicistas vendieron lo que quería a nivel internacional y a muchos Colombianos.
Felicitamos a Juan Carlos Galindo Registrador Nacional del Estado Civil, la organización de las votaciones fue impecable, ante una diferencia mínima respetó los resultados adversos al gobierno. Al fin, unas elecciones limpias y transparentes.
Felicitamos a Rodrigo Londoño Echeverry por aceptar la decisión soberana del pueblo y someterse a ganar la paz con argumentos y desmentir con ello las amenazas de que si triunfaba el no renacía la guerra.
Felicitamos al equipo del Centro Democrático por el triunfo de sus argumentos, en especial al Dr. Álvaro Uribe Vélez que, podría estar descansando tranquilo y a cambio sacrificó su sosiego trabajando a fondo por el bien de la patria.
Felicitamos a Fernando Londoño y a los columnistas que tuvieron el valor de hacer críticas al proceso exponiéndose a caer en las fauces de la JEP si hubiese triunfado la refrendación del acuerdo.
Felicitamos a los que votaron por el sí en conciencia, si esas eran sus expectativas por el futuro de la patria, lo respeto, así funciona la democracia.
Felicitamos a los que nos acompañaron en el no. Reconozco que jamás pensé que alcanzaría la victoria fuera de Medellín.
Felicitamos a gobernadores y alcaldes que aceptaron dejarse involucrar en su apoyo al si, estaban defendiendo los intereses económicos de sus departamentos y municipios.
Felicitamos a Humberto de la Calle por la entereza de renunciar a su cargo y asumir el costo político de los errores que hubiese podido cometer, me alegraría que fuese ratificado en su cargo. El resto del equipo debería reemplazarse.  

El rincón de Dios

Por encima de Dios no vive nadie…

“El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas, para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad.”  San Juan Pablo II

Crónica 961

¿Otra vez mi general borracho? Definitivamente tenemos un desgobernante digno de admiración: nombra los principales delincuentes “gestores d...