lunes, 10 de octubre de 2016

Crónica 653

Invitación a la concordia

“Ojalá que Santos advierta que no puede ignorar la voluntad de sus compatriotas expresada en las urnas. Recibió el Nobel de la Paz, no un permiso para hacer lo que le dé la gana.” Carlos Alberto Montaner
Felicito a Santos por el Nobel, trabajó más por el que por la paz, a eso se debieron los afanes de los últimos meses en La Habana. Sin duda en Oslo estaba todo definido días antes de la debacle del plebiscito que jamás esperó. Comparto la teoría de mi amigo José Alvear, faltones los noruegos que dejaron por fuera a ‘Timochenko’.
Creo que hemos sido respetuosos los que apoyamos el NO: en nuestras columnas, intervenciones en foros y tertulias, en Twitter y Facebook. Nos basamos primero en las exigencias de las Farc, luego en los borradores de los acuerdos, después en el Acuerdo Final. Lo hemos hecho en conciencia, buscando el respeto a nuestras instituciones y a la democracia.
Vuelvo y confieso, no abrigaba la esperanza en el triunfo, era una lucha desigual y despiadada contra lo que me de la gana; pero si ganamos así es la democracia, se gana o se pierde y eso nos da el derecho a ser escuchados, no a buscar revancha o alentar el conflicto. Con todo respeto a los del Si, en Colombia la guerra no existe desde la de los mil días, pero no voy a encender polémicas con el término.
He estado atento a debates, discursos y redes sociales, la sindéresis me obliga a mirar las dos caras de la moneda. Curiosamente han sido más radicales quienes nos tachaban de guerreristas. Para muestra un botón de trinos que por su desfachatez soy incapaz de reproducir, les dejo el enlace a quienes deseen enterarse de las reacciones:     https://twitter.com/search?q=nos%20llaman%20guerreristas&src=typd
Me extraña que periodistas, que aun sin compartir sus puntos de vista había considerado equilibrados, resulten con trinos como el “Me da vergüenza de ser colombiana” de María Jimena Duzan. Si hubiese ganado el Sí lo sentiría por Colombia, pero jamás me avergonzaría de mi cuna, podría avergonzarme de gobernantes, congresistas o magistrados, que es otra cosa.
Si perdieron el plebiscito debe quedar claro una cosa: el Acuerdo simplemente no existe, diferente es que se rescaten muchos de los asuntos negociados para un nuevo acuerdo, es lo que entiendo que se está proponiendo. También debe quedar claro que, independiente del liderazgo que haya podido ejercer el Centro Democrático, hay otros sectores y personas que votaron NO sin pertenecer al mismo, luego no son las propuestas de Álvaro Uribe las únicas, hay que ensamblarlas con las de los demás votantes por el No y consensuarlas con las de los que votaron por el Si y las Farc. De manera Senador Benedetti que no es cierto que x punto ya esté negociado, no hay uno solo que esté vigente, el pueblo soberano no apoyó lo negociado en La Habana.
   Por eso en esta nota hago un llamado a la concordia, al respeto a las decisiones de la democracia, a despojarnos del veneno, la injuria y las calificaciones desobligantes que en lugar de acercarnos nos alejan. Miremos positivamente las propuestas que se presenten, pulámoslas, hagámoslas viables con generosidad e imaginación y lleguemos a la paz que todos queremos, exenta de claudicaciones.
El Nobel de la paz ahora tendrá que merecerlo logrando una paz justa sin tratar de acorralarnos.

El rincón de Dios

Nunca te des por vencido: Después de la lluvia, un arco iris… Después de la tempestad, la calma… Después del final, un nuevo comienzo…

A veces Dios no evita el problema sino que nos ayuda a pasar por el para salir victoriosos.

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