Sanguijuelas, raposas y rémoras
Son buena parte de los que integran el gobierno, lo apoyan y se aferran a él con el propósito de obtener prebendas o aspirar a quedarse en el poder.
Los primeros se seleccionas no propiamente por sus capacidades, sino por su prontuario y se destacan por su ambición y propensión a lo que popularmente llamamos “serrucho” o coimas, no vale la pena describirlos, son bastante conocidos los casos como el de de los carrotanques de la Guajira y de unos presidentes de la Cámara y el Senado adictos a la mermelada.
Los segundos son las raposas jurídicas de bolsillo para embolatar juicios, o lograr que prescriban sin condena alguna mientras de otro lado aparecen como “victimas” en acelerados procesos contra personas inocentes o producen decretazos y constituyentes obviamente violatorios de la Carta Magna.
Y los últimos, como “pinturita”, que casi acaba con Medellín, con aspiraciones a presidente para terminar de acabar con el país; o peor los delincuentes de los GAOS, narcos o mafiosos “en recuperación” que suben a las tarimas al lado del “presidente”.
No se paran en pelos, pronuncias discursos de odio y polarizan que alientan crímenes como el de Miguel Uribe Turbay, venga de donde venga, ponen en peligro vidas como las del alcalde de Medellín o el gobernador de Antioquia, aceleran juicios como el de Álvaro Uribe, porque necesitan quitárselos de encima, por pensarn distinto.
Entre tanto, la Comisión de Acusaciones, o de absoluciones, enreda, retarda, se queda quieta o prevarica a punta de mayorías espurias o amermeladas. Oros Pelean entre sí, pero siguen impunes como la Sarabia y Benedetti, hasta que a Petro le de por cortarles las alas, si se atreve, o se abstenga, porque saben más de la cuenta.
La Corte Constitucional “devuelve para corregir errores de trámite” leyes, como la de pensiones, con la que quieren robarse la plata de quienes la han ahorrado para su jubilación futura, y le quita al CNE la facultad de investigar al presidente, que, según su propio hijo, al que afortunadamente no crio, recibió palta de raro origen de la que el mismo en parte disfrutó.
Nada pasa tampoco con los visitantes de cárceles para proponer beneficios a cambio de votos o conseguir testigos mas falsos que billetes de tres mil pesos. O digamos que los juicios están siguiendo su curso normal para darle el beneficio de la duda a los responsables de tenerlos “engavetados”, o a paso de tortuga, ahí si no hay afán alguno.
Admiro al Quijote Dr. Abuchaibe que creyó en la Comisión de Acusaciones, pero le recomiendo no creer en pajaritos preñados, para algunos la mermelada es más efectiva que la ley, la ética y el honor.
El Rincón de Dios
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Galtas 6:7