La venta del sofá
“No soy partidario del socialismo de abajo para arriba, que niega la propiedad, ataca el capital, denigra la religión, procura subvertir el orden legal y degenera, con lamentable frecuencia, en la propaganda por el hecho… General Rafael Uribe Uribe.
El gobierno insiste en que la producción de alimentos y el turismo reemplazarán los ingresos de la suspensión de la explotación de hidrocarburos y la minería, justo ahora donde los precios internacionales están por las nubes y, para que no quepa duda, ya tiene el primer contrato con Venezuela para la importación de gas que nos llevaría a la dependencia externa para el suministro de un producto del que tenemos reservas suficientes y nos pasaría lo de Europa con Rusia.
No voy a referirme al turismo, poco conozco de ello; me remito a la producción de alimentos. No hay duda de que Colombia tiene un excelente potencial, pero como están las cosas eso no puede hacerse de la noche a la mañana. Lo esencial es la seguridad jurídica que no se ve, la agilización de la titulación de baldíos para garantizar al campesino el acceso al crédito, asegurar la compra de las cosechas, precios de sustentación, riego, suministro de semillas mejoradas, fertilizantes, fungicidas, insecticidas, matamalezas, equipos y otros insumos necesarios para una producción eficiente, almacenamiento de granos, cadena de frío para productos perecederos, crédito dirigido y oportuno, seguro de cosechas, asistencia técnica masiva y gratuita para agricultores pequeños, concentraciones de vivienda rural y bancos de maquinaria para atender las necesidades de parcelas reducidas o cultivos asociativos.
Solo parte de estos servicios los prestan algunas asociaciones como Fedearroz, Fenalce, la Federación de Cafeteros y algunas cooperativas, pero hay miles de campesinos a los que las alas se les cortaron con la venta del sofá: la liquidación de la Caja de Crédito Agrario y del Idema que produjo el cierre de oficinas y almacenes de provisión agrícola cercanos al campesino, la privatización de la asistencia técnica, la venta a particulares de plantas de semillas, silos y bodegas de almacenamiento y la liquidación de Inagrario que estaba dirigido a la compra y almacenamiento de granos en zonas apartadas, servicio que, en lugares remotos y asolados por la violencia, no es rentable prestar por particulares. ¿Qué pasó con la investigación del ICA?
No debe tenerse miedo al minifundio, hoy la tecnología ha avanzado lo suficiente para lograr resultados exitosos en parcelas pequeñas, pero necesitan inversiones cuantiosas. Ejemplos hay muchos principalmente en Holanda e Israel, a estos me referiré en otro escrito.
Sería meritorio que por ahí se iniciara una tarea del ministerio de agricultura para solucionar el problema de los pequeños campesinos que si desean trabajar la tierra que además son los más responsables para honrar sus deudas. No es repartiendo tierra a la topa y tolondra, ni privilegiando técnicas “ancestrales” como se logran resultados exitosos.
El Rincón de Dios
“El mal no triunfará por siempre, existe un final para el dolor”. Papa Francisco
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