lunes, 3 de agosto de 2020

Crónica 819

Justicia

En 1656 un hidalgo, visionario, audaz, aventurero, medio loco por tener solo un Uribe, don Martín Uribe Echeverría, originario de Begoña, un hermoso pueblito en las montañas del país vasco resuelve embarcarse y se establece en Medellín que lo embriagó por la similitud de la topografía a la de su terruño. De este se desprenden ramas familiares donde aparecen Rafael Uribe Uribe, Julián Uribe Gaviria, Juan de Dios -el indio Uribe- César Uribe Piedrahita, Lázaro Uribe Calad tal vez el primer siquiatra antioqueño, Manuel Uribe Ángel y, por supuesto, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Don Martín era hombre inteligente, de voluntad de acero y ejecutorias tozudas, en esa época embarcarse en un velero, eludir piratas del Caribe, llegar a puerto colombiano, recorrer ríos y selvas inhóspitas por semanas o meses para llegar a Medellín no era, como acá se decía, lagaña de mico. Esa es la herencia de muchos de sus descendientes, como se ve en los personajes señalados.

Juan Lozano y Lozano homenajeando a un prócer dijo: “…un pueblo reverente viene a esparcir sobre el polvo de la tierra mezclada a sus cenizas inmortales las hojas excelsas y amargas con que se celebra a los varones máximos…” debió pensar en la envidia, el odio, incomprensión y la persecución a los varones máximos que se refleja en los montajes de todos los matices que le hacen a Álvaro Uribe Vélez, cuyo único delito es haber acorralado los bandidos, extraditado los que continuaron delinquiendo y defender la democracia.

No veo buen presagio al juicio que la Corte Suprema adelanta contra Uribe, hoy no tienen los jueces la calidad moral, ética, valor e imparcialidad de aquellos que fueron inmolados en el Palacio de Justicia, operación pagada por Pablo Escobar a bandidos de grupos que ahora tienen congresistas fungiendo de adalides de la moral y aspiran implantar el modelo chavista. Unos togados de hoy juzgan, no en jurisprudencia, en política o ideología, prevarican sin reato o, lo que es peor, venden sentencias.

Pero lo que persiguen, si condenan a Uribe, no lo lograrán. Los mejores escritos de Uribe Uribe se dieron en prisión, de allí surgieron también sus ideas mas brillantes porque como dijo su padre al gobernador de Bolívar en ese entonces: “Doctor, a los hombres como Rafaelito no se les mantiene presos, sino que se les fusila. ¡Fusílelo usted que al gallo amarrado le crece la espuela!”. A Uribe condenado, ¡le crecerá la espuela!

No se desarticulará su bancada en el congreso ni desaparecerá el Centro Democrático, ese campanazo despertará la parte del país que permanece dormida nos unirá a todos y, como un solo hombre, ¡izaremos la bandera de la democracia!   

El Rincón de Dios

“La paz exige cuatro condiciones esenciales: verdad, justicia, amor y libertad” Juan Pablo II

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