Señales
Las recibimos diariamente, entre ellas, los envidiables resultados del socialismo del siglo XXI en el país vecino que teniendo las mayores reservas petroleras del mundo está sin gasolina y debe importarla de Irán y, el último estudio de la Cámara de Comercio de Maracaibo, muestra que una familia compuesta por cinco personas requiere para adquirir la canasta familiar Bs. 59´600.369 equivalentes a 74,5 salarios mínimos según el comportamiento de precios en 46 de los 50 productos de la Canasta Alimentaria Normativa (CAN), una inflación acumulada en lo que va de 2020 del 300,66% y la interanual (mayo 2019 – mayo 2020) del 1.858,25%.
Este es el modelo que los prestigiosos socios de los Foros de Sao Paulo y Puebla pretenden instaurar en Colombia que nos induce a mirar otras señales:
Circula hace semanas el incumplimiento de las Farc en la entrega de los bienes declarados para la reparación de las víctimas, solo se ha recibido una mínima parte. Más curiosa es su justificación: “es que en la selva eso es así”, refiriéndose a la desaparición de caletas de dinero; las tierras declaradas, son en su mayoría baldíos de la nación, tuvieron cuidado de escoger buenos testaferros para ocultar las que tienen escrituras; los ganados fueron desapareciendo por los bombardeos de la Fuerza Aérea y el robo de las las disidencias; el pedido de perdón no se ve por parte alguna; sobre el compromiso de colaborar en la erradicación de cultivos ilícitos no han aportado una sola ruta, compradores o logrado que las “comunidades” se comprometan a autorizar las fumigaciones y el uso del Glifosato.
Se desconoce el paradero de los menores por ellos amparados en su Bienestar Familiar donde se educaron en el buen uso de las armas, el sexo responsable, el control de la natalidad, el respeto a las leyes y el turismo ecológico por los caminos de los bosques. Ni que decir de los retenidos, que los guerreristas malévolamente califican de secuestrados, que jamás han aparecido, la confidencialidad de sus vidas y paradero es un problema conexo que el país debe olvidar.
El gobierno debería pensar al cumplir los acuerdos fijar una alícuota de lo que entreguen sin suspender los proyectos productivos de los guerrilleros rasos, la construcción de vías terciarias, vivienda rural y trabajos asociativos; pero sí debería aplicarse a la financiación del partido, emisoras, guardaespaldas, vehículos blindados, emolumentos en el congreso y otras por el estilo.
Para no perder la democracia en 2022 debemos abandonar la indiferencia, los medios de comunicación ser consientes de los peligros que se ciernen y retomar la responsabilidad del periodismo ético y veraz, la clase dirigente debe abrir los ojos y pensar en los demás, de lo contrario caeremos en el modelo venezolano que nos negamos ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario