Aire fresco
Pensé cerrar el año con mi columna anterior, pero al
escuchar la entrevista al presidente Duque en https://www.youtube.com/watch?v=PFJiVbgl9q8&t=15s después
de mis críticas, no sería objetivo ignorar lo tratado.
No me detendré en los planteamientos, son claros
para quienes se tomen el trabajo de escucharlos. A Duque le cabe el país en la
cabeza y está trabajando en dirección correcta pese a la falta de prensa,
gobernabilidad y más firmeza, en parte, por ausencia de mermelada.
Sin desconocer el camino elegido por el presidente,
no he sido partidario de dialogar con quienes pretenden la desestabilización de
su gobierno azuzados por aliados del Foro de Sao Paulo y vándalos, acompañados de
cándidos idiotas útiles, para forzar concesiones imposibles de atender. Un
grupo que representa el 0,012% de los votantes no puede cogobernar un país que
eligió una plataforma diferente y que ellos perdieron en las urnas, esa es la
democracia.
El
vandalismo y los encapuchados no encajan en una protesta pacífica, debería
legislarse sobre su control. Me recuerda un Consejo de Seguridad hace muchos
años en la gobernación de Antioquia donde Jaime Sanín Echeverri propuso algo que
hoy encaja: crear una unidad especial en el ejército, llamarlos al servicio
militar obligatorio y, yo agregaría, imponerles la férrea disciplina alemana
que nos tocó en la Escuela Militar en los años cincuenta, llevarlos a zonas rojas
para que experimenten en carne propia lo que no han vivido y, los que no se
corrijan, mandarlos a Venezuela a “disfrutar” de las becas ofrecidas por Maduro.
El Rincón de Dios
Bello aparte de un
escrito del Padre Diego Uribe C. publicado en la fiesta de la Inmaculada
Concepción: “Por eso espero que la Señora Inmaculada, tan bella, tan dulce,
mire cómo se han encendido tantas luces en esta tierra mariana, esperando que
la Purísima aplaste la cabeza de la odiosa serpiente que nos quiere envenenar
el alma llenando de dolor un pueblo noble que tiene vocación de gloria. Ella
nos ayude a que se puedan alcanzar los justísimos reclamos de un pueblo cansado
de tantos males, Ella nos conceda decidirnos a vivir en una paz forjada en la
justicia, en una concordia construida en el respeto por la vida, en una patria
grande y noble en la que a cada paso sus hijos gritan: Ave María Purísima,
esperando que la Señora interponga todo su poder para obtener de Dios cuanto
necesita este pueblo tan bello y sufrido.”
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