Cavilando
Trump: No he podido saber si me gusta o no, si será un
peligro, si su ideas son sensatas; pero una cosa es clara, si ha construido un
imperio no es bruto.
Partiendo de esa base me cae bien la
intención del Secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, de revisar
los acuerdos con las Farc antes de definir la ayuda a Colombia y la del general
Kelly, Secretario de Seguridad Nacional, de revisar la política sobre drogas
ilícitas y el terrorismo. Puede ser luz al otro lado del túnel. ¿Aparece el
Chapulín Colorado?
Temas
gruesos: Aunque se que me jalarán
las orejas, el fondo de las discrepancias con el contenido del nuevo acuerdo
con las Farc (NAF) no son la impunidad y la elegibilidad, que reconozco son un
exabrupto. Los de fondo a mi parecer son:
La Comisión de Seguimiento, Impulso y
Verificación a la Implementación (CSIVI) órgano de cogobierno al que se
entregan la soberanía y las facultades del Congreso y del presidente.
La Jurisdicción Especial para la Paz
(JEP) que fuera de nuestra institucionalidad perdonará crímenes de lesa humanidad
ejercerá venganza, como las Farc han dejado claro en las redes y en Anncol,
contra quienes de ellos discrepen.
La ley habilitante que inviste de
dictador a Juan Manuel Santos.
Y las guardias campesinas y sus
ramales que constituirán la Gestapo colombiana, que según parece dependerá del
General Naranjo en la Vicepresidencia. En el buen sentido leninista, irá contra
quienes discrepen del socialismo del siglo XXI que nos será impuesto.
Detrás hay otras changuitas que la mayoría desconoce y el gobierno
oculta:
La reforma electoral orientada a
asegurar el acceso al poder de las Farc y aniquilar la oposición. Permitirá la
proliferación de partidos de garaje de izquierda, financiados por el Estado,
para asegurar curules en el congreso, consejos y asambleas y alcaldías en las
votaciones de las circunscripciones especiales donde los partidos que hoy
tienen representación en el Congreso no podrán participar.
El cambio de los fierros que a los
verificadores de la ONU vayan “dejando”, la palabra entregar está vetada, de
las que se desconocerán sus números de serie para impedir su trazabilidad.
Estas será sustituidas por las que el gobierno facilite a los escoltas de
seguridad de los reinsertados y, las que más tarde, reemplacen los machetes de
la guardia campesina como ahora sucede en el espejo que nos negamos a ver:
Venezuela.
La verificación en las Zonas Veredales
Transitorias de Normalización (ZVTN) que estará a cargo en buena parte de la
delegación que, por exigencia de las Farc y anuencia del gobierno, la ONU
entregó a la CELAC, organismo inspirado por Hugo Chávez. En su integración hay
doce militares cubanos, treinta bolivianos, setenta chilenos y otros
argentinos, brasileros, paraguayos, uruguayos y centroamericanos cuyo jefe,
según entiendo, es un salvadoreño. Al menos a los que nos llaman mal pensados,
no nos parece dos camaradas de los reinsertados que habrá en cada ZVTN sean
plena garantía de neutralidad.
La permanencia de menores y de secuestrados
en manos de las Farc o, de los que no dan razón alguna.
Súmense otras prebendas que nacen del
acuerdo: la entrega de diez millones de hectáreas, la construcción de
carreteras terciarias, escuelas, programas de vivienda, que estarán bajo su tutela.
Las veintiún emisoras, un canal de TV y un periódico. La obligación de consultar con las
comunidades la erradicación de los cultivos ilícitos. Argumentos a favor de sus
campañas.
¿Alguna duda de adonde vamos?
El Rincón de Dios
“Cuando se suprime la justicia, ¿qué son los reinos sino grandes bandas de ladrones?". San Agustín