Quisiéramos creer…
Todos sabemos que se negocia con enemigos, es lógico que la contraparte pida en exceso, al barajar se llenan sus aspiraciones, también lo es exagerar lo que se piensa y aspira. Lo que no es lógico es entregar lo que no se ha pedido, comprometer el futuro, negociar la estabilidad. Lo hemos visto en varias instituciones, como la Caja Agraria para mencionar solo una, liquidada por los excesos concedidos a un sindicato insaciable en sus aspiraciones al que le otorgaron más de lo factible. Perdieron ambas partes, además del campesino.
Lo publicado hasta ahora sobre las negociaciones de La Habana nos lleva por un camino similar. No se ven nítidas entre lo que el gobierno predica y la actitud de las Farc cuyas declaraciones publicadas en su página, y profusamente en Internet, son aterradoras. Claramente indican que la voluntad de paz no existe, o nosotros no entendemos. El cese al fuego unilateral es otro ejemplo, claro chantaje de las Farc al gobierno que Juampa en su debilidad o las ganas del Nobel, ha comprado ofreciéndoles con disimulo el bilateral.
Es falta de equilibrio como estadista --si así puede llamarse-- de Juampa, que a todo comentario crítico o constructivo revira con ataques como los proferidos al Procurador de “malévolo”, “perverso” y “malintencionado” y a nosotros, el más suave de “buitres” por no compartir su línea de pensamiento. El Procurador no se ha inventado el cuento de la gendarmería campesina, ella nace de las propias declaraciones de Juampa que, como de costumbre, dijo, pero no dijo, o lo interpretaron fuera de contexto. Eso crea incertidumbre que nos inclina a dudar del proceso.
Origina también incertidumbre la reacción de la Cancillería en el caso de Leopoldo López. Solo después de que tres ex presidentes hicieron sus denuncias en Venezuela condena su detención, obligada por las circunstancias. De dientes para afuera, porque acá se persigue la oposición de igual manera, lo dicen los procesos contra Ramos y Zuluaga. Tuvo que salir del closet para cuestionar a Maduro, al que por temor a poner en riesgo las negociaciones con los terroristas que sigue protegiendo en su territorio, todo le tapan.
Las cosas no paran ahí. Ahora vuelve Juampa a predicar que debemos apretarnos el cinturón cuando él sigue repartiendo mermelada a manos llenas y haciendo populismo. La necesita más que nunca para que su Fiscal, Roy y Benedetti se inventen fórmulas para no someter a Referendo lo que se negocia porque para octubre, que son las elecciones, no tendrá listo ningún acuerdo. Las Farc no se darán el lujo de acelerarlo ahora que se están fortaleciendo acá y en el exterior, por algo lo proclama a los cuatro vientos ‘Timochenko’.
El proceso patina también por falta de plata. Juampa no contaba con que el petróleo se iría de bruces aumentando significativamente el déficit, del que solo admitió una parte, dañándole más el caminado. ¿Con qué pretende atender lo acordado para el posconflicto? Como las Farc no entregarán las armas, y eso está claro, no podrá incumplir o simplemente seguimos en las mismas a esperar que otro Presidente con calzones las ponga de nuevo en la necesidad de negociar, pero como debe ser.
El rincón de Dios
“Procura no inquietar tu alma ante el triste espectáculo de la injusticia de los hombres. Sobre esta injusticia verás algún día el triunfo definitivo de la justicia de Dios”. Padre Pío