Restitución de tierras
Colombia es definitivamente jocoso y Bogotá más de malas que el que se cayó de espaldas y se quebró la nariz. Que dos magistrados de restitución de tierras sean quienes ordenen el reciclaje de Petro parece un chiste del casi olvidado cómico Montecristo. Es curioso que uno de los cerebros del holocausto del Palacio de Justicia regrese a la alcaldía más desafortunada que el país ha tenido, mientras el defensor de la democracia, el Coronel Plazas Vega, pague treinta años de prisión. ¡Ahí si las tutelas no prosperan!
Pero estamos en el gobierno de los jueces, acogen una medida cautelar de la Comisión Internacional de Derechos Humanos, organismo no jurisdiccional, que jamás debe primar sobre nuestra Constitución y nuestras leyes. Aseverar que se vulneró el derecho de “elegir y ser elegido” y este prima sobre los deberes del alcalde, es un exabrupto mayor. Vea usted, ahora alcaldes, gobernadores, presidente, concejales, diputados y congresistas no podrán ser sancionados por sus errores, faltas, corrupción, y toda suerte de pilatunas, porque con la nueva teoría jurídica se viola su derecho de ser elegidos, o el derecho de los electores de votar a su favor. De ahora en adelante tienen patente de corso para sus fechorías sin nadie que se pueda atravesar.
Es increíble, al menos para mí que de jurista no tengo ni el forro, que un Magistrado de Restitución de Tierras, que en mi concepto debería ser su tema y preparación jurídica, pueda pasarse por la galleta al Procurador General de la Nación, quién, de acuerdo a los mandatos de la Constitución, ha sancionado a miles de funcionarios públicos por sus desmanes, y obligar la restitución a su cargo de un funcionario destacado por su ineptitud. En fin, ¡le devolvieron la finca! Ese es su oficio: la restitución de tierras.
Hay una duda a la que poca explicación encuentro. Los abogados no son gratis y presentar un tutelón como el de Petro debió haber costado una fortuna. ¿De donde sacó la plata? No me vengan con el cuento de que es de su seguidores, las minas con tanto oro no existen. ¿Y saben donde vive en Bogotá? por encima de cualquier estrato. Hasta con el sueldo de alcalde le queda cuesta arriba.
El hecho de que un funcionario sea electo por votación popular, no asegura que será probo ni que los votantes a quienes engatusaron con un programa, no se traicionen, como el dicho, “haciendo lo mismo, pero exactamente todo lo contrario”. El ejemplo más claro lo tenemos en el Presidente Santos que engañó a nueve millones de colombianos. ¿Cuantos de esos nueve millones hoy lo respaldan? Según las encuestas no más del 25%. Pues según la Barca de Calderón que leí esta semana, todo este este sainete estaba, como en el Chapulín Colorado, fríamente calculado como un ingrediente adicional para la reelección del patán que quiere continuar en su finca. ¡Viva la restitución de tierras!
Coda: Una oración y una lágrima por nuestro querido amigo Andrés Uriel Gallego.
Coda 2: Circula por Twitter una encuesta con el comentario de que no se permitió su publicación. La desconozco, pero me suena: Oscar Iván Zuluaga, 21%; Peñalosa, 19%; Santos 16%; Lamentablemente no muestra los otros candidatos.
El Rincón de Dios
“Guíanos Jesús de la cruz a la resurrección. Enséñanos que el mal no tendrá la última palabra, sino el amor, la misericordia y el perdón. Papa Francisco
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