Sucedió el domingo
“No enseñes a tu hijo lo que puede comprar con el dinero, enséñale lo que NO puede comprar y será un hombre verdadero”
Las elecciones de esta semana dejan claras algunas inquietudes:
Unasur no es el organismo competente para vigilar unas elecciones democráticas, y no lo es por su composición donde varios de los países integrantes son simplemente dictaduras, como la de Venezuela o remedos dictatoriales con fachada democrática como Bolivia. Se necesitaba aval para las trampas y quien se hiciera el de la oreja mocha en la compra descarada de votos en la Costa Atlántica.
Dramático el pésimo diseño del tarjetón que el 18,4% de los electores participantes simplemente no entendió y sus votos quedaron por fuera. Balota negra para la Registraduría que no tuvo la capacidad de informar debidamente a los usuarios ¿o lo diseñó a propósito con oscuros fines?
La abstención del 56,4% a la que se suma el 5,2% de voto en blanco sin lugar a dudas refleja la apatía para elegir un Congreso adicto a la mermelada. Hoy es una de las instituciones más desprestigiadas de nuestra patria.
El repunte inusitado del partido de la U que durante los primeros 18 boletines escrutados, aproximadamente el 80% de los votos, aparecía de tercero y, después de una pausa en las transmisiones aparece de primero. Nos recuerda al Tigrillo Noriega que de alguna parte sacó votos que no existían, escondió los que valían, o compró los que faltaban, para dar el triunfo a Misael Pastrana después de que el Dr. Carlos Lleras, reloj en mano, nos mandara a casa imponiendo el toque de queda.
El nulo control de la Registraduría a las campañas publicitarias de los diferentes movimientos políticos, especialmente la sesgada de la U haciendo creer que era el partido del expresidente Uribe para pescar parte de sus votos. Falta de ética que se ajusta a la de Juan Manuel Santos, Roy Barreras y la de Prieto, gerente de la campaña reeleccionista, quien ya había declarado que Santos era “Presidente de lunes a jueves y candidato de viernes a domingo”. No había caído en cuenta que elegimos Presidente por solo cuatro días a la semana, con razón el país está manga por hombro.
La renovación de parte del Congreso le dará un nuevo aire y la oportunidad de cambiar su maltrecha imagen. No creo que la posición del Centro Democrático, como muchos auguran, sea obstruccionista o vaya en contravía de la paz que todos anhelamos. Obviamente si estará encaminada a que esta no se convierta en una entrega de nuestra democracia al Castrochavismo y ejercerá un control político a la repartición indiscriminada de mermelada por todas partes. En eso no estará solo, lo acompañarán desde otra orilla de pensamiento la Alianza Verde, parte del partido Conservador y otros movimientos. La ciudadanía esta indigesta con el actual Congreso y, en las elecciones, quedó ampliamente demostrado.
La elección de siete magistrados de la Corte Constitucional es otro gran reto para el nuevo Congreso y otra oportunidad para reivindicarse, si algo necesita purificarse es la justicia que anda de capa caída hace rato.
El Rincón de Dios
“Una condición previa para la paz es el desmantelamiento de la dictadura del relativismo moral y del presupuesto de una moral totalmente autónoma, que cierra las puertas al reconocimiento de la imprescindible ley moral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre.” Benedicto XVI
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