Colgado de la brocha
Quedé con el acuerdo sobre la tierra anunciado en la
Habana. Lo publicado es un escrito que no entiendo, sin definición concreta y
no especifica alcances. Está bonito el enunciado, suena a un propósito, no al
arreglo como se supone. Tiene otro ingrediente que enreda las cosas, las
declaraciones de ‘Iván Márquez’: “quedan pendientes unos asuntos puntuales en
el acuerdo que deben resolverse más adelante en las conversaciones”. Ahí quedé
peor de confundido ¿Se definió o no el punto en estos seis meses de tertulia?
Eso debe quedar claro.
Para tranquilidad del país, agricultores y ganaderos,
debe publicarse el acuerdo a que supuestamente se llegó. Entenderíamos que las
conversaciones son serias, no un pacto secreto con las Farc a espaldas del país
con miras a una reelección ya avalada por ‘Rodrigo Granda’, de nuevo Canciller
en ejercicio del grupo terrorista en la Habana. Pensaríamos también que no es
un nuevo engaño como el del
Caguán, con la enorme diferencia de que estas conversaciones las manejaba
directamente el presidente Pastrana y no bajo la dirección del dictador de la
Habana y el presidente ilegítimo de Venezuela. Lo entiendo así, porque el
anuncio del acuerdo no lo hicieron los participantes en las conversaciones, ni
el gobierno colombiano, lo hizo con bombos y platillos Carlos Fernández de
Cossio, representante de Cuba.
No pretendo atravesar palos en la rueda de las
“negociaciones”, en las que aún poco creo; pero miremos el asunto desde otra
óptica para respetar la objetividad. Si en verdad se logró el acuerdo sobre el
primer punto de la agenda y este no afecta sensiblemente el equilibrio del
campo y admite la posibilidad de proyectos agrícolas importantes para nuestro
futuro desarrollo, sería un gran noticia. No por el acuerdo mismo, indicaría
que las Farc están viendo pasos de animal grande y entendieron que la única
salida es la negociación, ahora o nunca.
Aceptando que para definir este punto llevan seis meses,
lo cual dudo, antes habían logrado que se aprobara la leyes de restitución de
tierras y de impunidad, mal llamada Marco Legal para la Paz, asuntos convenidos
al escondido en la Habana hace casi tres años. Se había logrado la designación
de un Fiscal alcahueta que avalara la justicia transicional carente de penas
para los delitos atroces, haciendo toda clase de esguinces a la ley, lo cual no
es raro en la dictadura de los jueces que en la actualidad el país vive. Pero
aceptemos el beneficio de la duda.
Quedan pendientes los puntos referentes a:
participación en política; fin del conflicto; drogas ilícitas; victimas. El
primero no tiene problema alguno, ya está acordado de antemano, si leemos las
declaraciones de Roy Barreras. El segundo es más espinoso porque las Farc claramente
han dicho que no dejarán las armas hasta que no se cumplan los acuerdos, lo
cual no es de meses, es de años, ¿y entonces? El de las drogas ilícitas lo veo peor
de cuesta arriba, las Farc son el mayor cartel de narcotráfico del mundo. Y el
de las víctimas, casi inalcanzable, ellos dizque no son victimarios, son
víctimas. De cualquier forma, es imposible al paso que van los coloquios
evacuar estos temas este año, lo cual implica reelección. ¿Habrá tantos
dispuestos a votar por Santos? o ¿se negociará a la brava a cualquier precio? Amanecerá
y veremos.
El Rincón de Dios
“La paz es fruto de la justicia y
efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios.” Benedicto
XVI