jueves, 28 de agosto de 2025

C ronca 992

Altillanura: la frontera agrícola que espera justicia territorial

Durante décadas la Altillanura ha sido vista como tierra de promesas incumplidas. Hoy, podría convertirse en el nuevo eje agroindustrial del país. Con más de 7 millones de hectáreas disponibles, esta región representa una oportunidad única para Colombia para producir alimentos, generar exportaciones, empleo, reconfigurar el mapa rural con equidad, y vender bonos de carbono con la siembra de bosques, trascendente en estos proyectos para conservar los humedales, el medio ambiente y la fauna.

El potencial no basta. Acondicionar una hectárea puede costar hasta 60 millones de pesos para la adecuación de los suelos y proveer la infraestructura logistica. Hay empresas interesadas en invertir allí sin necesidad de poseer la tierra, pero sin seguridad jurídica, crédito y servicios básicos, la Altillanura seguirá siendo una promesa lejana.

La solución no está en repartir Unidades Agrícolas Familiares (UAF) dispersas en medio de la sabana. Está en diseñar núcleos rurales planificados: comunidades, con servicios, conectividad, vivienda digna y vocación productiva. Un modelo que respete la propiedad individual, que promueva la asociatividad, la eficiencia y el arraigo.  

Una UAF, en la Altillanura fluctúa entre seiscientas veinte y novecientas ochenta hectáreas; pero un proyecto rentable que incluya la infraestructura podría requerir entre veinte mil y treinta mil hectáreas para garantizar la recuperación de la cuantiosa inversión requerida. Hay claros ejemplos en Brasil, Argentina, algunos en Colombia antes de la nueva legislación, y en la siembra de bosques maderables en Uruguay.

Gaviotas lo demostró hace décadas. En medio del Vichada, sin subsidios ni favores, construyó una comunidad autosuficiente, innovadora y resiliente. No fue una excepción: fue una anticipación de lo que hoy podríamos escalar con voluntad política y visión territorial.

La Altillanura no necesita milagros, solo instituciones que funcionen, que se adecúe la legislación de las UAF que actualmente es un esperpento que impide la posibilidad de asociación. No se requiere una reforma agraria, solo que la Agencia Nacional de Tierras y el Banco Agrario cumplan su cometido.

El Rincón de Dios

“La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Hebreos 11:1

jueves, 21 de agosto de 2025

Cronica 991

Vivienda rural en sectores de minifundio

La dispersión de la vivienda rural en sectores de minifundio puede ser una trampa silenciosa que perpetúa la pobreza. En territorios donde cada hectárea cuenta, la ocupación dispersa fragmenta no solo el suelo, sino también las oportunidades. Hacer Concentraciones s de Vivienda Rural no es una amenaza al arraigo campesino, es una estrategia para liberarlo.

La vivienda individual en la pardela implica que cada familia debe autogestionar su acceso al agua, energía, salud, y educación lo que encarece la vida. En cambio, núcleos de vivienda bien diseñados permiten economías de escala, planificación territorial, provisión más eficiente de infraestructura y vida comunitaria. Las Concentraciones de Vivienda permiten el acceso no solo a los servicios públicos esenciales, la escuela que evita el desplazamiento de los niños a veces a larga distancia y promueve los servicios religiosos, la formación de pequeños negocios familiares: tiendas, costura, bisutería, reparaciones, acceso a internet, comunicaciones, etc. A su vez fomenta el arraigo territorial, evitando el desplazamiento forzado o la migración urbana, impulsa el desarrollo rural integral, articulando la vivienda con proyectos productivos y sociales.

Complementándolos con vías que comuniquen las parcelas no solo facilita el transporte de los agricultores en motocicletas en lugar de bestias, sino el mercadeo de sus productos y el acceso a la tecnología de punta para aumentar la producción.

Para lograrlo el Banco Agrario o la Agencia de Tierras deben adecuarse estableciendo oficinas rurales en los municipios cercanos a los sectores de minifundio donde se concentren los servicios de crédito, asistencia técnica gratuita y provisión de insumos esenciales que permita al campesino acceso fácil y cercano. Promover el mercadeo para la nueva producción alimenticia de los minifundios mejorados, seguro de cosechas, precios de sustentación, algo así como Agro Ingreso Seguro promovido por Andrés Felipe Arias, hoy satanizado por razones ideológicas.

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Hago una pausa en mis crónicas sobre el acontecer político mientras se consolida la intersección de Estados Unidos al narcotráfico. Esta pone en ascuas no solo al gobierno espurio de Maduro, sino en aprietos la “cooperación” del nuestro con el sátrapa cuya existencia ahora Benedetti niega. Ojo, narcotraficantes: Eln, Farc y Gaos, después de Maduro estarán en la mira de quien no le tiembla la mano. La alcahuetería actual está en cuidados intensivos.

El Rincón de Dios

“Con fe, no hay obstáculos insuperables, solo escalones hacia la promesa de Dios.”

Cronica 1001

Murphy en el gobierno del desastre  Mirar irónicamente este desgobierno que, sin necesitar busca enemigos externos, no es un despropósito, a...