Saludo a la bandera
La gente, no sé si optimista o ingenua, está feliz y esperanzada con el fallo del Consejo de Estado que declara la potestad del Consejo Nacional Electoral par investigar la vulgar violación de los topes electorales que, en cualquier país de mediana responsabilidad en la aplicación de las normas constitucionales, implicaría la salida del poder del mandatario, acá claramente espurio, ya que, si estas se hubiesen respetado no habría podido ser electo por haber estado en prisión; pero en nuestra patria, que además de abogados hay cientos de tinterillos, se inventaron algo que no existía para burlar la Constitución y lo lograron, impunemente.
Ya sabemos que la mayoría no está asegurada para lograr en el CNE la necesaria para aprobar la resolución de formulación de cargos y que, si se declara la inhabilidad de uno de los magistrados, deberá nombrarse un conjuez, con lo cual, los treinta días que tendría para pronunciarse alargarán el chico para definir la resolución, dependiendo, claro está, de los tinterillos expertos en embolatar las cosas.
No para allí el entuerto: si la resolución finalmente sale formulando cargos, no es el CNE el que define la indignidad del ocupante de la Casa de Nariño, esa potestad corresponde a una entidad conocida más por su mote, la Comisión de Absoluciones, que por su verdadero nombre la Comisión de Acusaciones de la Chamara de Representantes donde, los “honorables” son mayormente comprables por jugosas porciones de mermelada, mientras el teflón los libera de la diabetes, no de cualquier clase, en este, equivaldría a un tipo tres médicamente aún desconocida.
Después de que el CNE decida por fin liberar la resolución de cargos, que allí lleva demorada varios meses, pasa a la Cámara y, dependiendo de la filiación política del encargado, se determina a quien corresponde su estudio que se tomará su tiempo, dependiendo también de la honestidad del representante, bastante escasa por cierto, porque venta de conciencia mata pudor. Vendrán las demandas o alegatos insinuados “desde arriba”, los atajos y la repartición de mermelada y contratos a rodo para ganar adeptos o tiempo y, finalmente, finalizará el período del “encartado” que saldrá incólume e invicto.
Se alegará profusamente prevaricato, o como los abogados llamen esa vaina, se tratarán de iniciar acusaciones y juicios, que en superiores etapas desaparecerán, se enredarán, o se engavetarán, como viene pasando sin problema con los casos de los delincuentes metidos en los actos inocultables de corrupción y andarán como Pedro por su casa como si fuesen “gestores de paz”, “guardias indígenas”, “miembros de la primera línea” o “jóvenes frustrados” a los que se le paga para que no maten.
El ejemplo del país vecino es más claro que el agua embotellada, así como Maduro se pasó por la faja el resultado de las elecciones, su mejor amigo y discípulo lo imitará sin importarle un mísero pepino, a no ser que dejemos de ser tan confiados.
El Rincón de Dios
¿Cae un ave en la trampa en la tierra si no hay cebo en ella? ¿Se levanta la trampa del suelo si no ha atrapado algo? Amos 3:5