Luces
“Todo mundo es tu maestro: unos te enseñan lo que tienes que hacer, otros, lo que no tienes que hacer”. Proverbio chino
Interesante lo que sucede en Cuba, despertará ingenuos que siguen pensando en el comunismo como solución. Nadie duda de los inmensos problemas que el país vive, crecidos sin clemencia por la pandemia y los paros que han disparado las desigualdades, el desempleo y la pobreza. Esto no se soluciona con vandalismo que, en lugar de aportar soluciones a través de reclamos sensatos, destruye y los problemas profundiza.
En Cuba se destapa la inconformidad de un pueblo después de sesenta años de esclavitud, hambre, privaciones y enfermedades sin control, en un país que exporta “médicos” para agitar sus nuevos objetivos. Bueno que se vea ya que los dos y pico de millones de venezolanos que en nuestro país se refugian en busca de lo esencial que en su país no consiguen a nuestra juventud no le hace cosquillas, tampoco se las hace la fila interminable de nicaragüenses aferrados a coyotes sin alma para tratar de cruzar la frontera del Rio Grande hacia los Estados Unidos a través de caminos desérticos donde se juegan la libertad y la vida tratando de huir de la dictadura implacable de Ortega.
El espejo cubano está mostrando como las protestas pacíficas allá no son posibles, cortan el internet fuente de comunicación e información, los reprimen, los llevan a las cárceles sin derecho a pataleo, los jueces los condenan porque así lo obliga el régimen y, si están un poco más de malas, simplemente los matan. Eso es lo que el señor Petro y su lava perros Bolívar venden a través de la “Primera Línea”, atacando un gobierno democrático elegido por el pueblo en franca lid, con el propósito de reemplazarlo por una dictadura castrista como la que ahora, si los jóvenes de allá resisten, va en franca decadencia.
Y una vez que un bandido de esta calaña alcanza el poder hace lo mismo que los Castro, Chávez, Maduro, Ortega y que hará el nuevo príncipe peruano Castillo: reforman la constitución a su amaño, se atornillan al poder, consolidan la pobreza para poder manejar el país a su antojo, enriquecerse él y sus cortesanos, mantener sumido el pueblo a punta de carnets de acceso a una libra de harina y un rollo de papel higiénico o una cajita clap que calma a medias el hambre, para que vitoreen sus discursos populistas ofreciendo lo que jamás obtendrán.
El Rincón de Dios
“Que no sorprenda a quienes cuidan el pueblo el colmillo afilado de los lobos y que no se dejen convencer con las caricias traidoras de los que dijeron que buscaban la paz y la justicia y terminaron vendiendo su corazón al odio y a la mentira.” Presbítero Diego Uribe Castrillón