lunes, 27 de octubre de 2025

Cronica 1001

Murphy en el gobierno del desastre

 Mirar irónicamente este desgobierno que, sin necesitar busca enemigos externos, no es un despropósito, aplica la Ley de Murphy. Petro con su soberbia y egolatría ha ofrecido un repertorio de proyectos que por obra y gracia de la realidad terminan en grandes retrocesos. 

Ley del Plan Nacional de DesarrolloSi un plan promete cambiarlo todo, lo más probable es que no cambie nada, salvo el presupuesto. Todos los indicadores empeoran.

Ley de la Reforma a la SaludSi algo funciona mal, reformarlo puede hacerlo irreparable. La reforma que se presentó como salvación, terminó como campo de batalla entre el Congreso, el Ejecutivo y los pacientes.

Ley de la Reforma AgrariaSi prometes tierra para todos, asegúrate de que no sea la misma hectárea. La redistribución se encontró con la realidad, el manejo por ineptos.

Ley del Congreso RebeldeSi necesitas mayorías para gobernar, asegúrate de no pelearte con todas. Petro quiso gobernar a su antojo; pero el Congreso le recordó que sin votos no hay reformas. No le alcanzó la compra de conciencias.

Ley de la Paz TotalSi negocias con todos al mismo tiempo, todos terminan negociando contigo, menos la paz. La paz con disidencias, bandas y carteles solo ha traído más violencia.

Ley del TrinoSi la política exterior se hace a punta de trinos, el costo será diplomático, financiero y personal. Petro quiso gobernar el país desde su cuenta X, pero sus mensajes de confrontación terminaron en una escalada con la potencia gringa. El resultado: él y su círculo cercano cayeron en la temida Lista Clinton por la vía de la amenaza. ¡Qué vergüenza!

Petro quiso ser el presidente del cambio: Pero el cambio tiene enemigos invisibles, la burocracia, la desconfianza, el clientelismo, y Murphy. Porque si algo puede salir mal, saldrá mal. Y si puede salir bien, será por error, o por presión internacional.

No dejemos que el desprestigio de Petro nos obnubile, la fiera herida es más peligrosa. Ojo con el 26, la consulta del Pacto Histórico nos dio el primer campanazo con la aparición de votos espurios. Las elecciones para el Congreso serán más fundamentales que las presidenciales, se requerirán mayorías para poder expedir oportunamente leyes drásticas e impopulares para la reconstrucción de la patria desolada y destruida. 

El Rincón de Dios

“La confianza en la Divina Providencia es la fe firme y viva de que Dios puede y nos ayudará. Que Él nos puede ayudar es evidente, porque Él es omnipotente. Que Él nos ayudará es cierto, porque Él, en muchos pasajes de la Sagrada Escritura, prometió y fue fiel a todas sus promesas”. Santa Teresa de Calcuta

martes, 21 de octubre de 2025

Cronica 1000

La Crónica: Una Historia de Mil Entregas

La crónica que hoy alcanza su número 1000 nació en Buenos Aires en los albores del nuevo milenio. En aquel entonces mi yerno ocupaba la presidencia del Citibank en Argentina. Motivado por mantener informada a mi hija sobre los acontecimientos más relevantes de nuestra patria, le enviaba semanalmente un correo con lo más destacado.

La mayoría de los directores de importantes multinacionales, muchos colombianos, residían en el mismo barrio que mi hija. Ella, al recibir mis correos, decidió compartirlos con este grupo. Se reunían con frecuencia en distintas casas y, en una de esas ocasiones, fuimos invitados a la residencia de Glen Jordan, presidente de Coca Cola en Argentina.

Durante aquel encuentro, Glen me sugirió eliminar los detalles familiares de los correos a mi hija, y hacérselos llegar a ellos. Recordaba haber oído que Glen era experto en abrir el champán con un sable, así que respondí, si me destapas la champaña con el sable aceptaría. Cumplió con la hazaña y así nació La Crónica que hoy celebra su número mil. En un principio, se suscribieron diecisiete y, con el tiempo, la cifra ascendió a dos mil.

Pocos días después de regresar al país, recibimos una llamada de nuestra hija contándonos que, una amiga y ella, había invitado a la señora María Esperanza de Bianchi, hoy en proceso de beatificación. Le respondí que me parecía imposible, pues, no teníamos manera de asumir el nuevo gasto. Aun así, decidí hacer el esfuerzo de enviar a mi esposa. Mi hija insistió con vehemencia y, conseguí la víspera, el último cupo disponible para viajar.

Llegamos a Buenos Aires a las seis de la mañana. Ese mismo día tuvimos la oportunidad de compartir el primer almuerzo con la familia Bianchi, un momento que marcó el inicio de nuestra estancia y de una increíble amistad. Más tarde, asistimos a una reunión en la parroquia, la cual se extendió hasta la una de la madrugada. A pesar de no haber dormido durante toda la noche, la emoción y calidez del encuentro hicieron que no sintiéramos cansancio alguno. Ese primer día la señora María Esperanza me dijo: “Usted tiene una espada en su pluma, utilícela”, fue la bendición final para mi columna.  

Desde el inicio de La Crónica, mi esposa insistió en la necesidad de incluir algún elemento religioso en la columna, una sugerencia que inicialmente rechacé basándome en el respeto hacia las diferentes creencias de los lectores potenciales. Quería ser neutral.

Durante una visita a Trillo, en España, tuve una conversación con el padre Carlos quien dirigía una comunidad católica en ese lugar. Él me animó a reconsiderar la propuesta de mi esposa. Así fue como nació, tiempo después, El Rincón de Dios.

No encuentro palabras para expresar mi gratitud a quienes han acompañado el recorrido de La Crónica. Extiendo mi agradecimiento a Debate, La Linterna Azul, Los Irreverentes y Combian News, quienes, publicándola, permiten que mantenga su vigencia a lo largo del tiempo.

El Rincón de Dios

"La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Hebreos 11:1

martes, 14 de octubre de 2025

Crónica 999

Petro y el síndrome del yo no fui

Antes del pacto cafetero el precio del café fluctuaba constantemente. Muchos cafeteros optaban por hacer ventas anticipadas para asegurar un buen precio cuando este iba al alza. Vendían cosechas enteras con un solo apretón de manos y honraban su palabra, incluso cuando eso implicaba pérdidas significativas, a eso llamamos “dar la cara”. Al contrario, nuestro galáctico huésped de la Casa de Nariño siempre encuentra a quién culpar de sus desatinos.

Su reacción ante el escándalo de corrupción que involucró a su hijo Nicolás fue simbólica. Cuando se le preguntó por el tema, Petro respondió, “la verdad es que yo no lo creé”, frase que dejó perplejos a muchos por su intento de desligarse políticamente del asunto. Como aún no había Fiscal de bolsillo, el preidente viajó a Barranquilla a insinuarle a su hijo que lo habían presionado para declarar un “delito que no había cometido”. Ahí sigue el “juicio” sin resultado alguno y, a tres de los fiscales que investigaron a Nicolás, los encartaron.

Otro episodio fue el colapso del modelo de salud para los maestros. En lugar de asumir responsabilidad por la implementación fallida, Petro culpó al software utilizado, afirmando que era el causante de los problemas en la atención médica. Como decimos en Antioquia, “escurrió el bulto”.

El síndrome del yo no fui no solo es una crítica, es también un llamado a la reflexión sobre el estilo de gobierno y la necesidad de asumir con madurez los retos del poder. La transparencia no se demuestra solo con palabras, sino con actos de responsabilidad y coherencia.

Esto me trae un recuerdo del pasado, cuando debido a un cambio en las reglas del juego el banco con el que estábamos asociados decidió retirar su inversión para montar una planta de semillas, yo había importado los equipos y necesitaba tiempo para venderlos para poder atender la deuda; pero la política del banco le imponía la obligación de presentar una demanda. Mi amigo Callejas, vendedor de los equipos, me recomendó un excelente abogado que me puso este ejemplo: “Tranquilo, usted no se está negando a pagar luego es fácil, supongamos que le propongo al juez que demos una serenata, él tiene la obligación de responderme con un auto procesal” -en esa época no existía el juicio verbal- Y me dijo: “yo escojo el argumento adecuado para ganamos el tiempo que usted necesita y terminar el pleito sin vencedores ni vencidos, que es lo que a usted le conviene”, y a si fue. Dar la cara es el secreto para solucionar los problemas, no buscando a quien atribuirlos.

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La pregunta dl millón ¿Puede “Pinturita” ser candidato con los líos jurídicos que arrastra de su funesta alcaldía de Medellín? ¿O también enredan los procesos pendientes?

El Rincón de Dios

“El cuerpo, y sólo él, es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino.” San Juan Pablo II

miércoles, 8 de octubre de 2025

Cronica 998

Cultivos hidropónicos, un futuro verde sin tierra

En medio del ritmo acelerado de las ciudades, surge una revolución silenciosa: los cultivos hidropónicos. Esta técnica agrícola, que prescinde del suelo y utiliza soluciones nutritivas para alimentar directamente las raíces de las plantas, está transformando la manera en que producimos alimentos, especialmente en entornos urbanos como Medellín.

Aunque la hidroponía no es nueva —lleva décadas desarrollándose en distintos países— su auge reciente responde a desafíos contemporáneos: la necesidad de producir alimentos de forma más sostenible y en espacios reducidos. En Medellín, proyectos como Hidropónicos AVE y Aura Verde Hidroponía han demostrado que es posible cultivar lechugas, tomates, albahaca y otras hortalizas en espacios limitados, con menos agua y sin pesticidas. Para quienes visitan Orlando, vale la pena conocer este tipo de cultivos en el Epcot Center.

Uno de los mayores atractivos de esta técnica es su eficiencia. Un cultivo hidropónico puede utilizar hasta un 90 % menos agua que uno tradicional. Además, al desarrollarse en ambientes controlados, se reduce el riesgo de plagas y enfermedades, lo que permite cosechas más rápidas y constantes durante todo el año.

Pongamos un ejemplo: en el cultivo de tomates, dependiendo de la tecnología utilizada, se puede obtener desde 30 hasta 70 kilogramos por metro cuadrado al año. Las técnicas no son complejas, y en las páginas web de las empresas mencionadas se pueden consultar en detalle.

Pero más allá de lo técnico, la hidroponía tiene un profundo componente social. En barrios como La América y San Cristóbal, se han desarrollado huertas urbanas que no solo alimentan a las familias, sino que también educan, generan empleo y fortalecen el tejido comunitario. Incluso en los lugares más áridos, puede florecer la vida: Israel es un ejemplo destacado.

Por supuesto, el camino no está exento de retos. La inversión inicial puede ser alta, y se requiere capacitación para manejar adecuadamente los sistemas. Sin embargo, con el apoyo de universidades, emprendedores y políticas públicas, la hidroponía puede consolidarse como una alternativa viable para garantizar la seguridad alimentaria en las ciudades. Los cultivos en terrazas de Bogotá son otro ejemplo inspirador.

En tiempos donde el origen de nuestros alimentos importa más que nunca, los cultivos hidropónicos nos invitan a repensar la agricultura. No se trata solo de producir, sino de hacerlo con conciencia, innovación y respeto por el entorno. Medellín, con su adaptabilidad, creatividad y capacidad para aprovechar oportunidades, tiene todo para convertirse en un referente de esta nueva forma de cultivar.

He creído importante que, además de criticar los dislates de este desgobierno, promovamos ideas sobre temas inovadores y que pueden ofrecer desafíos y opciones para el futuro.

El Rincón de Dios

“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros —declara el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de daros un futuro y una esperanza”. 

martes, 30 de septiembre de 2025

Cronica 997

La encrucijada política, estrategia de Petro

Petro, lejos de consolidar consensos, se ubica en el centro de una crisis que desborda los límites de la gobernabilidad. Su estilo confrontativo y sus decisiones han generado un ambiente de incertidumbre tanto en el plano interno como en el internacional. Nuestra patria atraviesa una de las coyunturas políticas más tensas de su historia reciente.

En el escenario local, su insistencia en intervenir en asuntos electorales y promover consultas populares que exceden las competencias presidenciales ha sido ampliamente cuestionada. La disputa con el Congreso y las Cortes se ha intensificado, paralizando varias de sus reformas clave. La renuncia de ministros y la fractura de su coalición reflejan un gobierno debilitado, con crecientes dificultades para sostener su agenda.

La tensión se ha trasladado también al ámbito internacional. La decisión de Estados Unidos de revocar la visa del presidente, tras sus declaraciones en Nueva York instando al ejército norteamericano a desobedecer órdenes de su comandante en jefe, marcó un punto de quiebre en la relación bilateral. Washington, principal socio comercial y estratégico de Colombia, ha encendido alarmas sobre el futuro de la cooperación en seguridad y comercio. Mientras tanto, el respaldo de dirigentes del chavismo venezolano a los discursos de Petro refuerza la percepción de un giro ideológico que inquieta a sectores moderados y empresariales.

Esta crisis no responde únicamente a un error diplomático o a un exceso retórico, sino a un estilo que privilegia la confrontación sobre el consenso. No cabe duda de que esta actitud no es un hecho aislado, sino una estrategia calculada para presentarse como víctima del “imperio”, con fines estrictamente electorales.

El desenlace aún es incierto. Petro conserva respaldo popular en algunos sectores que lo ven como un líder dispuesto a desafiar a las élites tradicionales. Sin embargo, la creciente desconfianza de otros actores políticos y económicos plantea un escenario complejo. El presidente no parece dispuesto a rectificar el rumbo ni a buscar acuerdos; insistirá en una estrategia de choque que podría dejar al país en una encrucijada aún más profunda. Su objetivo: conservar a sus aliados en el poder en 2026. ¡Abramos los ojos!

Pero que no se haga muchas ilusiones. Torear el avispero del hombre más poderoso del mundo, justo cuando ha decidido combatir con todas sus fuerzas el narcotráfico, su defensa a Maduro, el Cartel de los Soles y el Tren de Aragua lo pone a él y a sus aliados del ELN, las FARC y el Clan del Golfo en la mira. Y a Trump no le tiembla la mano para proceder como lo estime.

El Rincón de Dios

“Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio” 2 Carta a Timoteo 1,7

lunes, 22 de septiembre de 2025

Cronica 996

Petro y el refranero popular

En Colombia, el humor popular no es solo una forma de reírse de la vida: es una herramienta de análisis social. Las frases que usamos para describir lo absurdo, lo exagerado o lo frustrante tienen una capacidad única para capturar el sentir colectivo. Y si hay un personaje hecho a la medida de estas expresiones, ese es Gustavo Petro.

Desde que llegó a la presidencia se ha convertido en el protagonista de una narrativa que mezcla política, redes sociales y calle. Su estilo de gobierno, sus discursos y hasta sus silencios han sido interpretados por el colombiano común con una creatividad lingüística que no tiene nada que envidiarles a los analistas políticos.

Cuando el presidente afirmó que los pobres no usan gasolina, la congresista Lina María Garrido respondió con una frase que ya es parte del folclor: Las motos se tanquean con babas. Una forma directa de señalar la desconexión entre el discurso oficial y la realidad de millones.

La imagen de Petro como hombre humilde ha sido parte central de su narrativa. Pero en el imaginario popular, esa historia se transforma en frases como Tan pobre que cuando pasa el camión de la basura le deja una factura. El humor, aquí, no solo entretiene: cuestiona. Y surge una pregunta: ¿Con hijos viviendo en Paris y la esposa en Italia no es oligarca?

Su gestión en temas como la reforma a la salud o el manejo económico ha dejado a muchos confundidos. Y nada lo resume mejor que Más perdido que piojo en peluca. Sus discursos, cargados de referencias históricas y giros inesperados, hacen que más de uno se pregunte dónde está el GPS ideológico del gobierno.

Petro es incansable en redes sociales, pero su ritmo de ejecución ha sido blanco de críticas. Soy experto fingiendo que la opinión de los demás me importa, revela una percepción de supuesto esfuerzo sin resultados concretos y como desoír sugerencias de todo tipo.

En su gabinete, los cambios constantes y las contradicciones son el pan de cada día. Está más embolatado que aguacate en ceviche, es la forma en que el colombiano resume esa sensación de caos administrativo.

Los escándalos que han salpicado su entorno político también tienen su frase: Tan salado que se le ahoga el pez en la pecera

Sus alocuciones interminables, muchas veces sin acciones que las respalden, se describen con precisión callejera: Echa más carreta que vendedor de Herbalife.

Incluso sus momentos más desconcertantes, como los trinos incoherentes tras atender una agenda privada reciben su dosis de sarcasmo: Más ordinario que submarino con gotera.

Este refranero popular no es solo una colección de frases graciosas. Es una radiografía del sentir nacional. Petro, como figura que polariza se convierte en el espejo que proyecta las frustraciones, esperanzas y sarcasmos. Acá hasta la política tiene sabor a chiste callejero.

El Rincón de Dios

"Por favor, Job, explícame esto, tú que eres tan viejo y sabio"

martes, 16 de septiembre de 2025

Cronica 995

La paz que cultiva coca

“Para atrás, como el cangrejo”, decía mi madre cuando nos portábamos mal. Y no hay frase que describa mejor el retroceso que ha sufrido Colombia en la lucha contra el narcotráfico, gracias a una cadena de decisiones políticas que parecen sacadas de una tragicomedia.

Todo empezó con el gobierno de Juan Manuel Santos, quien, en su afán por complacer a unos bandidos que luego le hicieron pistola con los dedos de los pies, incluyó en el acuerdo de paz de 2016 la prohibición de la fumigación con glifosato. ¿La razón? Un informe que sugería que el químico podría causar cáncer. Pero, curiosamente, ese riesgo solo aplicaba si se usaba en cultivos de coca ubicados en zonas selvática, es decir, el peligro allí era para los micos. En los cultivos alimenticios en zonas pobladas, el glifosato era milagrosamente inocuo.

Como era de esperarse, los cultivos de coca pasaron de unas 40.000 hectáreas en el momento de firmar la “paz” a unas 200.000 al final del mandato de Santos.

A Petro eso le pareció fantástico. Para él, la coca es menos dañina que el whisky. Y con sus camaradas de lucha —las Farc, el ELN y otros secuaces— debía construir la “exitosa Paz Total”, que permitió que los cultivos ilícitos llegaran hoy a unas 330.000 hectáreas. Los traquetos, no guerrilleros como se quieren mostrar, dominan más de 700 municipios, y Colombia produce el 70% de la coca que se consume en el mundo.

¿Fumigación? Ni hablar. ¿Erradicación manual? Un chiste. ¿Incautaciones? Solo cuando los narcos se hacen los de la oreja mocha. Claro, las cifras parecen mayores que antes: no es lo mismo la producción de 40.000 hectáreas que la de 330.000; pero los gringos no son pendejos.

Para animar el sainete, Petro defiende a Maduro, catalogado como jefe del Cartel terrorista de los Soles —que para él no existe— y crea, mediante memorándum, una zona bilateral en el Catatumbo con 50.000 hectáreas de coca que abastece al cartel “inexistente”, con salida directa por Venezuela.

Ahí no paran las cosas. En sus deshilvanados discursos de odio, Petro critica a Donald Trump, el hombre más poderoso del mundo —aunque no lo crea—. Como digo yo: jugando fútbol con la lonchera.

Con la obvia desertificación quedamos como reyes: en la lista negra al lado de Afganistán, Birmania, Venezuela y Bolivia, gran orgullo para nuestra patria y su desgobierno. ¡Petro es un bacán!

El Rincón de Dios

“Mi pasado, Señor, lo confío a tu misericordia, mi presente a tu amor, mi futuro a tu providencia” .

Cronica 1001

Murphy en el gobierno del desastre  Mirar irónicamente este desgobierno que, sin necesitar busca enemigos externos, no es un despropósito, a...